El Salón del Automóvil de Ginebra ha sido el elegido de todos los que se celebran en Europa, para la presentación del nuevo Porsche 911 Turbo S. Mucho más que su hermano “pequeño” el Porsche 911 Turbo, que salía al mercado este pasado verano: un superdeportivo de lujo que ya me gustaría tener entre mis manos y poder escuchar el suave ronroneo de su corazón.
Por fin, tras cinco años Porsche se ha puesto a fabricar otro “S”. Su propulsor no podía ser otro que el ya conocido bóxer de seis cilindros sobrealimentado por dos turbocompresores de geometría variable.
La gran diferencia con el Porsche 911 Turbo, el “normal” por llamarlo de alguna manera, son los 30 CV de potencia de más de los que dispone, haciendo un total de 530 CV. El par motor alcanza los 700 Nm e incorpora todos los elementos de tecnología y equipamiento que son opcionales para el 911 Turbo.
Pese a el aumento de potencia, la marca alemana asegura que el consumo medio de este “S” es de 11,4 litros a los 100 km, el mismo gasto de combustible que su hermano el Porche 911 Turbo, insisto en que habría que probarlo, aunque como su medio natural es el circuito, lo que gaste es lo de menos, ¿no?
Con su hermano pequeño, este nuevo Porche 911 Turbo S, comparte mecánica aunque muchas de las opciones de este pasan a ser elementos de serie en el “S”. Se ofrece con la transmisión de doble embrague y siete marchas (PDK), transmitiendo la potencia a las cuatro ruedas a través del sistema de gestión PTM.
Un bólido como este dispone de mucha tecnología para que su conducción sea divertida y segura. El Porche 911 Turbo S dispone de unos soportes de motor de rigidez variable Dynamic Engine Mounts y de el sistema Porsche Torque Vectoring que incluye un diferencial trasero autoblocante para aumentar la seguridad de marcha.
Esto es necesario con semejantes prestaciones: aceleración de 0 á 100 km/h en 3,3 segundos; necesita apenas 10,8 segundos para llegar a los 200 km/h y alcanza una velocidad máxima de 315 km/h. Da vértigo de solo pensarlo, este coche en un circuito es una bala.
Para conseguir parar a tiempo el Porsche 911 Turbo S, monta elementos típicos de los coches de competición como los frenos cerámicos, mucho más ligeros y efectivos aunque haya que apretar bien fuerte el pie derecho para sacar el máximo rendimiento.
Toda esta tecnología va acompañada de un amplio equipamiento de serie, como faros adaptativos para las curvas y llantas de 19 pulgadas exclusivas, con el diseño RS Spyder en la tuerca central. El volante es de tres radios e incorpora las levas del cambio secuencial, además de asientos deportivos adaptativos , control de velocidad y cargador de CD/DVD.
El interior combina en dos colores la exclusiva tapicería de piel, negro y crema o negro y azúl titanio. Estará disponible en versiones Coupé o Cabriolet a partir de mayo 2010. El precio en nuestro país del Porche 911 Turbo S será de 191.513 euros para la versión Coupé y 203.934 euros, para la versión Cabriolet.