Metralletas, lanzagranadas y otros gadgets de 'La Bestia', el coche que utilizará Joe Biden en la Cumbre de la OTAN

El próximo 28 de junio se llevará a cabo en Madrid la próxima cumbre de la OTAN, y entre los asistentes estará el presidente de los EEUU, Joe Biden. Para desplazarse por la ciudad con seguridad, el mandatario irá rodeado por una caravana de 50 vehículos blindados entre los que se encuentra su Cadillac: apodado “The Beast”, es uno de los vehículos más imponentes del mundo.

Esta especie de híbrido entre limusina inmensa y tanque está equipado con armas de última generación. Por motivos obvios de seguridad, no se conocen todas sus capacidades, pero sí algunas tan sorprendentes como que lleva metralletas, o un lanzagranadas de gases lacrimógenos bajo el paragolpes delantero. Revelamos siete de sus secretos mejor guardados.

Los secretos de "The Beast" que han sido revelados

Hace no mucho que el portal de Spyscape (a quien debemos varias de las imágenes de este artículo), hizo públicos algunos de los detalles que hacen especialmente segura a "La Bestia", que es el vehículo creado en 2018 para su antecesor, Donald Trump, convenientemente actualizado.

Aunque como es costumbre en la Casa Blanca, este no se renovará por completo en principio hasta 2024, pues suelen sustituirse cada ocho años.

Metralletas y lanzagranadas

'La Bestia' va cargada de todo tipo de artilugios al más puro estilo Bond, entre los que se cree que se incluyen manijas electrificadas para las puertas, "preparadas para enviar una descarga eléctrica de 120 V y ahuyentar a los atacantes". También se dice que lleva a bordo equipos de visión nocturna de alta precisión.

Rumorología aparte, lo que sí se sabe es que bajo el paragolpes delantero la Bestia lleva un sistema de lanzamiento de granadas de gas lacrimógeno e incluso lleva ametralladoras en su interior, que pueden ser disparadas hacia el exterior sin necesidad de abrir las puertas o ventanillas, que son fijas.

Blindaje militar y ventanas fijas

La carrocería tiene un peso de entre 8 y 10 toneladas, y está cubierta con un blindaje militar de 8 pulgadas (más de 20 cm) para proteger al presidente de posibles explosiones de bombas.

Solo las ventanas, con cinco capas de vidrio y policarbonato, pueden detener una bala Magnum del calibre 44. La única que puede bajarse unos centímetros es la del conductor.

El interior puede sellarse herméticamente en caso de un ataque químico y los neumáticos de 'La Bestia' tipo 'run flat', pueden recorrer hasta 100 km incluso si están pinchados.

Pero no será una huida de película: pese a que el 'Cadillac One', como también se conoce al coche de Biden, lleva un motor Duramax turbodiésel de 8 cilindros y 6.6 l que desarrolla una potencia de entre 300 y 330 CV, por su peso, tarda 15 segundos en alcanzar los 100 km/h.

Como mínimo, hay dos Bestias idénticas

Hay al menos dos Bestias idénticas con placas de matrícula iguales en cada comitiva, de modo que los posibles atacantes no sepan al 100 % cuál es el que lleva al presidente.

Como Biden es el presidente número 46 de los EEUU, ese el número que figura en la placa de matrícula de 'La Bestia'. A modo de curiosidad, durante la toma de posesión del presidente Joe Biden, había hasta siete desplegadas en 'la madre de todas las comitivas'.

Una inversión a la altura de su misión

La primera Bestia se fabricó durante la presidencia de Barack Obama. Trump estrenó hace cuatro años la segunda generación del coche que tiene la difícil misión de proteger al hombre más poderoso del mundo y que tras un 'restyling' a mitad de su ciclo de vida ahora traslada a Biden.

La Bestia presidencial se ha valorado en 1,5 millones de dólares, pero el contrato entre la Casa Blanca y GM asciende a más de 15 millones de dólares (algo más de 14,2 millones de euros) por el desarrollo de hasta 12 vehículos.

La gasolina que debe gastar estará contemplada como un extra, y de los grandes. Según Spyscape, la bestia consume 4 millas por galón que, traducido a nuestras métricas, son unos 58 l/100 km. Muy eficiente.

Primero auxilios incluidos

La Bestia lleva un completo kit de primeros auxilios listo para hacer frente a cualquier emergencia en caso de ser necesario, que incluye un suministro de sangre compatible preparado si por cualquier motivo hay que hacer una trasfusión al Presidente.

Biden también viaja con un suministro de oxígeno suficiente para abastecerse varias horas, y que puede introducirse directamente en la cabina en segundos en caso de ataque.

La limusina tiene capacidad para siete personas, y las plazas están dispuestas en tres filas de asientos (2-3-2). El personal esencial para el presidente, incluido el médico militar de su confianza, suele viajar con él en otros vehículos de su comitiva.

Y por supuesto, en 'La Bestia' no faltan los más modernos sistemas de comunicaciones, que incluyen teléfonos, ordenador, GPS y satélite de última generación para poder estar en comunicación con la Casa Blanca, el Pentágono o quien desee el presidente.

Una caravana inmensa

@SecretService

El presidente Biden ha llegado a llevar una comitiva de 85 coches durante una visita a Italia para discutir las preocupaciones medioambientales con el Papa, por lo que fue una comitiva de lo más polémica.

Por lo general, hay unos 50 vehículos en la comitiva y 100 miembros del personal, que se desplazan en función de su misión.

A veces se añaden vehículos adicionales en nuevas posiciones y el presidente no siempre está dentro de la limusina. Al mezclar constantemente la rutina, el servicio secreto pretende frustrar a los atacantes potenciales.

La comitiva es una operación muy coreografiada. El "Route Car", o coche de vigilancia, va minutos por delante de la comitiva y hace de guía. El "Pilot Car" hace lo mismo, circulando un minuto (o incluso segundos) por delante de la comitiva.

Los ‘Sweepers’ o "barredores" -policías en motocicletas y coches patrulla por lo general- se despliegan delante de la comitiva, despejando el camino y bloqueando las intersecciones y los pasos elevados de las autopistas. El "Lead Car" (a veces un coche del Servicio Secreto o un coche de policía) sirve de "amortiguador" para posibles ataques.

Conductores del servicio secreto

Fuente: @SecretService

Conducir un vehículo de las características de 'La Bestia' no parece fácil para cualquiera. De hecho en 2017, un embarazoso imprevisto, la Bestia del Presidente Obama se atascó al salir de la Embajada de Estados Unidos en Dublín (Irlanda). Se oyó un fuerte golpe cuando los bajos de la limusina chocaron contra la rampa.

Aparcar o maniobrar con 'La Bestia' también puede causar dolores de cabeza. Y si no, que se lo digan al conductor que en 2009, trataba de salir airoso de Downing Street, la casa del Primer Ministro en Londres.

Los conductores del vehículo del presidente estadounidense están duramente entrenados para tal fin, pertenecen a los Servicios Secretos, y siempre viajan con su propia arma reglamentaria.

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