Quizá el nombre de Angad Paul no te suene de nada, pero su creación más famosa, el Caparo T1, te sonará. Angad Paul era el consejero delegado de Caparo y fue hallado muerto en Londres la semana pasada tras caer desde un octavo piso. Todo apunta a que fue un suicidio. La muerte de Angad Paul deja en difícil situación económica su compañía siderúrgica y el desarrollo del T1. Dos semanas antes de su muerte, Caparo había entrado en concurso de acreedores.
El descenso del precio del acero, la competencia china, los altos precios de la energía y un fuerte endeudamiento llevaron la compañía -que llegó a contar con 10.000 empleados- al borde la quiebra. Además de la empresa siderúrgica familiar, Paul dirigía una productora de cine y el desarrollo de su propio coche, el T1.
El Caparo T1 debutó en Mónaco en 2006 y se presentó como un Fórmula 1 de calle. Equipaba un V8 de 3.5 litros y 582 CV que subía hasta las 10.000 rpm y una estructura en fibra de carbono que permitía al T1 pesar poco más de 450 kg. Aceleraba de 0 a 60 mph (96 km/h) en 2,5 s y era capaz de generar 680 kg en apoyo aerodinámico a 240 km/h.
A pesar de haber sido ideado por dos antiguos ingenieros que trabajaron en el desarrollo del McLaren F1, Ben Scott-Geddes y Graham Halstead, la falta de fondos hizo que el Caparo T1 no terminase nunca de estar listo. Desde las primeras pruebas tuvo problemas, desde varios incendios (uno con Jason Plato y otro con Steve Sutcliffe -de Autocar- al volante) hasta una rotura de suspensión en una prueba para la prensa holandesa pasando por un acelerador bloqueado en el Festival of Speed de Goodwood.