Por lo visto nadie en el Gobierno parece haber leído en los últimos tiempos ni Motorpasión ni a nuestro hermano económico El Blog Salmón, no hay otra manera de explicar la vuelta de la burra al trigo. El sistema de peajes en España no solo no funciona, al menos tal y como está ideado actualmente, si no que muchas carreteras de peaje han quebrado y están requiriendo de ayudas públicas para mantenerse a flote.
Nos remontamos seis meses atrás, cuando un movimiento originado en Catalunya llamado #novullpagar empezó a agitar los cimientos de las concesionarias de peajes. Precios elevados para las pocas ventajas ofrecidas, demasiadas carreteras de peaje y pocas públicas en condiciones, subvenciones a paladas porque su negocio no funciona y concesiones que se prorrogan una y otra vez hicieron que a los conductores catalanes se le hinchasen las narices y decidieran no pagar.
Esta práctica se ha extendido por el resto de España, pero algo parece haber dicho al Gobierno que lo que en realidad queremos son más carreteras de peaje deficitarias. Y ahora se conoce que en los Presupuestos Generales del Estado se observa la posibilidad de construir otras dos nuevas carreteras de peaje, concretamente la R-1 y la ampliación de la quebrada AP-41. Vamos, que no hay dinero para mantenimiento pero sí para hacer improductivas carreteras de peaje.
El Ministerio de Fomento tiene este año una partida para adjudicar la R-1. Esta carretera es un viejo proyecto de Esperanza Aguirre, que pretendía hacer una carretera de peaje que uniese la M-12 (carretera del aeropuerto) con la localidad madrileña del Molar, 25 km en total. Sin embargo, la nueva R-1 será mucho más extensa, 90 km llevando desde la M-40 hasta Santo Tomé del Puerto, en Segovia.
De la necesidad de esta nueva carretera se puede discutir bastante, la A-1 sufre en días festivos la acumulación de varios tramos de atascos, siendo el primero el que se forma en la union de la M-40 con la A-1, el segundo en la salida 19 en la que se acumulan los coches que van al centro comercial y a las naves industriales de San Sebastián de los Reyes y el último a la altura del circuito del Jarama donde la autovía pasa de tres a dos carriles.
Una alternativa a estos atascos lo agradecerían, sobre todo en días festivos, los usuarios de estas vías. Yo personalmente como usuario habitual de la A-1 creo que podría ser interesante, pero obviamente no a cualquier precio.
El otro tramo de peaje que figura en forma de partida en los PGE es la ampliación de la AP-41. De esta manera, el trazado que originalmente es Madrid-Toledo se expandirá desde Toledo hasta Córdoba vía Ciudad Real, un trazado de 300 km que es 70 km más corto que el existente.
La necesidad de esta carretera es complicada de explicar. Más que nada porque la AP-41 está en quiebra y no sé cual es la lógica detrás de ampliar una carretera que claramente no funciona. Si alguno de nuestros lectores vive en la zona o hace el Toledo-Córdoba habitualmente, le pedimos que aporte su experiencia en los comentarios.
Además Fomento piensa flexibilizar los contratos con las concesionarias para que aún lo tengan más fácil para llevarse dinero público en caso de que les vaya mal. Las expropiaciones que se hagan a los propietarios de las fincas por las que pasen las carreteras y en la que no se esté de acuerdo con la compensación económica, dejarán de pasar por los tribunales para someterse a un arbitraje.
¡Ah, pues mejor, así no se meten en juicios! Claro, pero esto lo han hecho porque la Justicia ordinaria estaba subiendo sistemáticamente las compensaciones a los propietarios y eso no le interesaba a las concesionarias, lo que implica que a partir de ahora los propietarios se tendrán que conformar con los cuatro duros que les den o en caso contrario pactar con la concesionaria en un arbitraje.
Para las empresas concesionarias de estas carreteras de peaje como véis todo son facilidades y eso que su negocio no funciona. La AP-41 está quebrada, las R-3, R-4, R-5 y el tramo de la AP-7 entre Cartagena y Vera, explotado por el conglomerado empresarial AUCOSTA (Ploder y FCC), se encuentran en pre-concurso de acreedores.
Con este panorama y viendo que prácticamente la totalidad de las carreteras de peaje (incluídos los peajes en la sombra) arrojan unas pérdidas insostenibles, deberían ya replantear el problema por lo menos para que dejemos de pagar los contribuyentes sus platos rotos.
¿Alternativas? Pues por ejemplo, en vez de darles dinero público, permitir que la velocidad en las carreteras de peaje sea más elevada, obligarlos a bajar los elevadísimos precios de los peajes a cifras más racionales (para que suba el tráfico), sistemas de fidelización para los usuarios habituales… no creo que sea tan difícil encontrar soluciones a este despilfarro de dinero público en favor de unos pocos.
Fotografías | Flickr (Contando Estrelas, Tnarik, Ministerio de Fomento)
Vía | 20minutos
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