En una subasta de coches podemos encontrar desde impresionantes deportivos como el icónico McLaren F1 a clásicos especiales o modelos pasionales, pasando por monoplazas de competición y otras rarezas. Pero si lo que buscas es un vehículo único de verdad este, apodado “La Bestia”, es difícil de superar.
Esta mole es un one-off fabricado de forma artesanal que lleva un motor de avión bajo el capó. No es precisamente un coche eficiente o silencioso y tampoco parece muy manejable, pero tiene pinta de ser muy divertido siempre que no quieras pasearte con él por las ZBE.
Un motor de avión de 27 litros y 1.000 CV de potencia
Gran Bretaña es tierra de coches únicos y modificaciones custom, pero sin duda esta creación de John Dodd que protagonizó un episodio de “Top Gear” hace 14 años se sale de toda norma.
Haciendo honor a su nombre, esta brutalidad nacida en la década de 1970 lleva bajo su capó de 3 m de largo un V12 descomunal Merlin como el que llevaban muchos aviones de combate y bombarderos en la Segunda Guerra Mundial (que después dio lugar al Rolls-Royce Meteor para tanques).
De hecho, con 27.000 cc y 1.000 CV de potencia, podría haber sido el corazón de un avión de entrenamiento Boulton Paul Balliol.
El automóvil en cuestión lo diseñó y construyó a medida el ingeniero británico Paul Jameson específicamente para este motor. Y aunque consiguió también preparar una amortiguación capaz de aguantar el peso del motor, no consiguió dar con la transmisión adecuada para semejante monstruo.
Así, decidió recurrir a un experto en transmisiones de la firma Epsom: Jhon Dodd, quien pronto se enamoró del proyecto y, además de montarle una transmisión automática General Motors TH400, acabó por quedárselo tras comprarlo a un desesperado Jameson por 500 libras.
Dodd encontró un carrocero que le hizo un traje a medida de fibra de vidrio rojo y ‘La Bestia’ pronto se hizo muy popular en toda Europa. Salía en programas de TV e incluso pasó a formar parte del “Libro Guiness de los Récords” en 1975.
Desafortunadamente, el coche sufrió un incidente después de participar en una exposición de Estocolmo y hubo que restaurarlo. Entonces, Dodd le encargó a su carrocero un traje 'inspirado' en el Ford Capri, en el color mostaza que “La Bestia” sigue luciendo hoy.
En ambas ocasiones Dodd le puso rejillas, insignias y adornos de capó de Rolls-Royce, ninguno de los cuales fue autorizado. De hecho la marca llegó a llevar a Dodd a los tribunales después de que se negara a cambiar la parrilla del radiador, las insignias y el icónico emblema “Spirit of Ecstasy”.
Como era de esperar, Dodd perdió la batalla judicial y tuvo que eliminar estos elementos del coche, que por ejemplo en la parrilla reemplazó por sus iniciales, "JD".
Hasta que el bueno de Dodd falleció en diciembre del año pasado, se le podía ver disfrutando de su coche al máximo. Incluso se lo llegó a traer a España (donde vivió unos años) y de vez en cuando revolucionaba Marbella con él.
Dodd mimó a su criatura hasta el último momento, y eso que con un consumo estimado de 100l/100 km no debía ser precisamente barato de mantener. Eso sí, para disfrutar de una nueva vida necesitará una puesta a punto y algunos retoques.
Ahora la casa británica Car & Classic va a sacarlo a la venta a través de una subasta que llevará a acabo el próximo 9 de marzo. Si también te has enamorado de esta preparación única, es ahora o nunca. Por el momento no hay precio estimado de venta.