¿Vives en Valencia? ¿Por casualidad cerca de las calles Pelayo y Xátiva? Seguramente te preguntarás por qué el jueves amaneció con 29 coches hechos polvo en el mismo lugar. La respuesta hay que buscarla en lo que sucedió a las 4 y media de la madrugada.
D.S.G., de 33 años y natural de Valencia, circulaba con un vehículo 4x4 a gran velocidad por el centro de Valencia, conduciendo de forma manifiestamente temeraria y agresiva, lo que puso en alerta a una patrulla de la policía que estaba ahí. Comenzó una persecución en la que intentaron detener de buenas al pieza este. El conductor hizo caso omiso a las señales de los agentes.
Estos se percataron que dentro del vehículo se estaba produciendo una fuerte discusión entre un hombre y una mujer, que estaba recibiendo golpes mientras intentaba escapar y tirarse en marcha, a todo esto, mientras D.S.G. hacía Need For Speed por la calle. Finalmente, colisionó contra un vehículo, y de rebote dañó a otros 29 coches aparcados, que mostraban daños de diversa consideración: retrovisores rotos, lunas, arañazos, abollones… No fue posible continuar el viaje y fue detenido.
El vehículo que conducía el sujeto era un Mitsubishi L200, como el que veis en la foto (aunque puede ser un modelo anterior). Debe ser bastante resistente, dadas las circunstancias:
La mujer pidió ayuda a los agentes, que hicieron un control de alcoholemia al protagonista de esta historia, aunque no hacía mucha falta, ya que estaba evidentemente borracho. Para los dueños de los coches, es toda una putada, pero al menos queda el consuelo de que ha acabado así y no como un caso más de violencia doméstica consumada o un accidente en el que algún ser humano haya salido directamente perjudicado, aparte de esa mujer.
Con ésta gentuza sólo hay un remedio efectivo: la cárcel. Pero como el sistema judicial que tenemos es el cachondeo padre, igual ya está en la calle.
Fuentes | 20 Minutos, El País, El mercantil valenciano y Valéncia Hui
Fotografía | Miguel Ángel Polo