Si vas a seguir Indianápolis por Fernando Alonso y es tu primera vez, esto es lo que debes saber

La de 2017 será la 101º edición de las 500 Millas de Indianápolis. Cada año millones de aficionados a lo largo y ancho del mundo siguen la que es una de las carreras más importantes en Estados Unidos, tan solo superada por las 500 Millas de Daytona. La presencia de Fernando Alonso** en la categoría ha hecho que miles de aficionados a este lado del charco se unan por primera vez a esta gran fiesta.

Si eres uno de los 'novatos' a la hora de seguir la Indy500 -término con el que es conocida esta carrera- te proporcionamos unas claves con todo lo que tienes que saber para disfrutar de la que puede ser la carrera más importante de Fernando Alonso en los últimos años.

Lugar de peregrinaje

Las 500 Millas de Indianápolis tienen su inicio de 1911, cuando Ray Harroun pasó a la historia como el primer ganador de esta carrera, a pesar de que un piloto de nombre Ralph Mulford cruzase la línea de meta por delante de él. Desde entonces, los estadounidenses peregrinan cada año a este templo de la velocidad cuya acción en pista llegó a extenderse a lo largo de todo el mes de mayo.

Tradicionalmente, la carrera se celebraba coincidiendo con el Memorial Day -el Día de lo Caídos-. Con el paso de los años, se optó por que el evento tuviese lugar el domingo de la semana de la citada fecha y que en las semanas anteriores, todo en la ciudad girase en torno al Indianapolis Motor Speedway. En los años cincuenta, las 500 Millas de Indianápolis formaron parte del Campeonato de Fórmula 1. La cita, de hecho, puntuaba para el Campeonato del Mundo de Pilotos.

El año pasado se celebró la 100º edición, durante la segunda Guerra Mundial hubo que cancelar el evento por razones obvias. A día de hoy, la acción en pista da inicio dos semanas antes del gran día con numerosas sesiones de entrenamientos en los que los candidatos pueden trabajar en sus monoplazas y estrategias mientras que los rookies, aprovechan para acumular kilometraje.

Una semana antes de que se pronuncie el tradicional "Ladies and gentlemen, start your engines!", los pilotos disputan el Gran Premio de Indianápolis que tiene lugar en el circuito rutero que en su día usó la Fórmula 1 para el Gran Premio de Estados Unidos.

Máxima igualdad

Dallara es el proveedor único de chasis de la IndyCar desde 2012. Ese año Dallara sustituyó el obsoleto IR-05 por el DW12 actual que todos los equipos usan y que recibió dicho nombre en honor al piloto fallecido Dan Wheldon. El techo de gastos que la Fórmula 1 lleva persiguiendo tantos años, es ya una realidad en la categoría americana gracias a medidas como esta y el contrato común con Firestone, suministrador oficial de neumáticos.

Por lo que a los motores respecta, a día de hoy los equipos pueden elegir entre Honda y Chevrolet, tras la salida de Lotus hace ya varias temporadas. Si bien los japoneses habían estado un paso por detrás en los últimos años, este año parecen haber dado con la clave del éxito que sumado a su alto rendimiento habitual en los óvalos, han situado a sus pilotos en las primeras posiciones.

A los equipos les queda reservada la labor de la puesta a punto y estrategia. Entre los asesores de los equipos podemos encontrar a personalidades de la talla de Mario Andretti y Dario Franchitti. Un Mario Andretti que es el único piloto que compitiendo a tiempo completo en la Fórmula 1, renunció al Gran Premio de Mónaco por ir a las 500 Millas de Indianápolis. ¿Os suena?

En las dos jornadas de clasificación del pasado fin de semana se pudo ver la gran igualdad que hay en pista. La mejor muestra de ello es que las vueltas en el óvalo no se miden por tiempo, sino por la velocidad media de varios giros.

Un objetivo: la victoria

Las 500 Millas de Indianápolis es una carrera especial y la que más pilotos más pilotos atrae de toda la temporada de la IndyCar. Este año hay un total de 33 inscritos, entre los que figuran siete pilotos que ya saben qué es ganar en Indianápolis: Helio Castroneves, Juan Pablo Montoya, Scott Dixon, Tony Kanaan, Ryan Hunter-Reay, Alexander Rossi y Buddy Lazier.

El domingo, el día de la carrera, las gradas del Indianapolis Motor Speedway estarán llenas. Como suele suceder en este tipo de eventos deportivos la parafernalia que rodea al evento quedará un lado cuando se pronuncie el tradicional: "ladies and gentlemen, start your engines!" -señoras y señores, enciendan sus motores. Los pilotos se quedarán solos ante el peligro y todos, con la victoria como objetivo.

La salida de las 500 Millas de Indianápolis es lanzada, esto quiere decir que los pilotos salen directamente tras la vuelta de reconocimiento. Si en la Fórmula 1 la salida depende gran parte del éxito de la carrera, en los óvalos y más aún, en una carrera tan larga con esta, los primeros metros no son determinantes. Fernando Alonso no podrá hacer valer, en esta ocasión, su pericia en las salidas. Tendrá que tratar de ganar posiciones desde la quinta posición en la que clasificó.

Al igual que el de McLaren Honda Andretti, todos los pilotos tendrán que ir ganando posiciones en pista. A diferencia de en los circuitos convencionales a los que estamos acostumbrados en Europa, en los óvalos se puede adelantar. De hecho, el éxito de la victoria depende directamente de la pericia del participante a la hora de rodar en grupo y de aprovechar los rebufos.

Otro de los factores a tener en cuenta son las banderas amarillas y los pace car -más conocidos a este lado del charco como los coches de seguridad-. En cuanto hay algo en la pista que pueda suponer un peligro -ya sea un accidente o una pieza de carbono que haya saltado de algún monoplaza- los comisarios agitan de inmediato las banderas amarillas y el pace car sale a reagrupar a todos los coches presentes en ese momento en la pista.

En IndyCar los repostajes son los que suelen determinar en qué momento pasar por boxes. Los neumáticos son banstante duros además de asimétricos -los neumáticos izquierdos son más estrechos que los derechos para aguantar mejor la inclinación de la pista- por lo que el desgaste no suele ser un gran problema.

La estrategia se ha convertido en uno de los factores más importantes de la carrera. El año pasado, Alexander Rossi ahorró suficiente gasolina como para terminar la carrera con una parada menos que el resto de sus rivales y terminó llevándose la victoria en su primera participación.

Trofeo y leche

Una de las cuestiones que más suele llamar la atención de aquellos que ven por primera vez las 500 Millas de Indianápolis es que el ganador bebe y se baña en leche, olvidaros de ver en el podio - ¿podio? no, en las 500 Millas no hay podio - el glamuroso champán.

Esta costumbre tiene su origen en los años treinta en los que el piloto estadounidense Luis Meyer, pidió un vaso de leche para celebrar su primera victoria. Y debió de gustarle porque ganó dos veces más y en ambas ocasiones repitió bebiendo leche. Desde entonces, se convirtió en costumbre. A día de hoy a los pilotos se les pregunta antes de la carrera qué tipo de leche desean en caso de la victoria. Por eso de las alergias e intolerancias.

Como todo en esta carrera, el trofeo también forma parte de la gran leyenda que es esta carrera. Cada año se esculpe el rostro del ganador en el mismo, que se queda en el Circuito de Indianápolis a la espera del próximo ganador.

Las 500 Millas al Indianapolis Motor Speedway se traducen en doscientas vueltas que aproximadamente -depende de las banderas amarillas que haya- los pilotos completan en alrededor de tres horas y media en las que no podrás separar tu mirada de la televisión. En España los derechos los tiene Movistar que los emitirá en #0.

En Motorpasión | Guía práctica para no perderse detalle en las 500 Millas de Indianápolis

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