Como os adelantamos la semana pasada, este fin de semana hemos estado en una de las carreras más duras y atractivas de cuantas componen el calendario internacional de resistencia, las 24 Horas de Nürburgring. Como cada año, la carrera alemana ha deparado infinidad de anécdotas y cosas que merece la pena vivir desde dentro.
Porque que una carrera que comienza con más de 20 grados de temperatura y con la gente en manga corta en la parrilla de salida tenga que detenerse durante tres horas porque en el otro lado del circuito está granizando y el trazado se había convertido en una pista de patinaje sobre hielo, es algo que solo puede pasar en Nürburgring. Para colmo, la carrera se decidió en la última vuelta. Esta es la crónica de las 24 Horas de Nürburgring y un vídeo, el del final de carrera, que no deberías perderte.
Como decía, las 24 Horas de Nürburgring comenzaron el sábado a las 15:30 horas con un sol reluciente. En la parrilla de salida, los pilotos y equipos disfrutaban de una temperatura de lo más agradable, sin saber lo que les esperaba poco después. A las 16:20, mientras los coches iban tomando su posición en los poco más de 25 kilómetros que componen el trazado que combina el circuito de Gran Premio con el Nordschleife, un fenómeno meteorológico sin precedentes hizo parar la carrera.
En una de las bajadas del circuito, comenzó a granizar con tanta fuerza que la pista quedó convertida en un manto blanco impracticable, sobre todo para coches que todavía circulaban con neumáticos slicks después de una salida completamente en seco. Primero un SEAT León, después un Scirocco, un Cayman, un R8. Todos los coches que pasaban por aquel punto se salían, algunos libraban el golpe contra los siempre cercanos guardarrailes, y los menos afortunados acababan estrellados y duramente dañados sin poder volver a pista.
Esta situación hizo que los líderes de carrera, al intentar pasar por ese punto, tuviesen que detenerse por completo. La imagen aérea de los coches atrapados en un manto blanco de granizo habla por si sola. Todos en el paddock estábamos sorprendidos por lo que mostraban las pantallas, porque allí todavía brillaba el sol.
Brilló durante cinco escasos minutos porque poco después la recta del circuito de Gran Premio también se cerró en un aguacero, con unas nubes negras tan oscuras, que parecía que se iba a acabar el mundo. Tres horas fue el tiempo que la organización tuvo parada por completo la carrera con bandera roja, ya que la pista estaba impracticable. Dejar salir a los coches a pista en esas condiciones hubiese sido garantía de que ninguno acabaría.
A las 19:20 el aguacero seguía castigando con fuerza la pista. Los miles de aficionados que como cada año se agolpaban con sus tiendas de campaña, barbacoas, caravanas y demás montajes por los alrededores de los 25 kilómetros del circuito, aguantaban estoicamente la que estaba cayendo. Querían ver a los coches competir, y aunque el clima no parecía querer dar una tregua, la carrera se reanudó.
Se reanudó con el Safety Car abriendo pista delante durante varias vueltas, hasta que llegado un momento la intensidad de la lluvia parecía que había bajado un poco. Fue entonces cuando el coche de seguridad se retiró y comenzó de nuevo la batalla en una pista inundada que, si ya de por sí es complicada, en estas condiciones era más una prueba de valentía para los pilotos que otra cosa.
Mientras en España medio país disfrutaba de la final de la Champions League entre Real Madrid y Atlético de Madrid, en las montañas de Eifel más de 120 valientes se enfrentaban al circuito de carreras más duro y peligroso del mundo en unas condiciones climatológicas que invitaban a todo menos a ponerse al volante de un coche de carreras.
Pronto la pista comenzó a secarse por el paso de tantos coches en cada vuelta, y los Mercedes-AMG GT3 comenzaron a tomar posiciones en las primeras plazas de carrera. Solo un BMW M6 GT3 se atrevía a plantarles cara, pero por desgracia su mecánica dijo adiós demasiado pronto, dejando a los coches de la estrella comandar la carrera hasta el final.
Los Mercedes-AMG GT3 lideraron sin respiro la carrera durante la noche, en la cual el tiempo parecía dispuesto a dar una tregua. Fue una noche seca y rápida en el Nordschleife, con los coches de delante marcando tiempos de 8 minutos 15 segundos, un tiempazo para este trazado.
Pasaban las horas y el equipo HTP Motorsport con su AMG GT3 comandaban la carrera, hasta que a una vuelta del final, todo se torció para ellos. Una vuelta al Nordschleife da para mucho, pero dos ya ni os cuento. Hablamos de 50 kilómetros de distancia, y eso fue lo que necesitó el otro Mercedes-AMG GT3 del equipo Black Falcon para dar alcance al hasta entonces líder de carrera.
Ver el ritmo del coche de Black Falcon tratando de alcanzar al HTP Motorsport da, literalmente, miedo. Pero lo alcanzó y ya dentro de la zona del circuito de Gran Premio durante la última vuelta, le adelantó en una maniobra poco elegante que acabó con el que había sido líder de carrera durante las últimas horas saliéndose del circuito, y aunque pudo volver a entrar, poco pudo hacer por tratar de ganar la carrera.
Las 24 Horas de Nürburgring 2016 las ganó el equipo Black Falcon con su Mercedes-AMG GT3 y los pilotos Maro Engel, Adam Christodoulou, Manuel Metzger y Bernd Schneider al volante de ese coche blanco que parecía volar sobre la pista duante esos 50 últimos kilómetros. Y las han ganado en uno de los finales más apretados de cuantos se recuerdan en la historia de esta carrera.
Los españoles brillaron en Nürburgring
Como os contamos durante la previa de la carrera, un total de seis pilotos españoles tomaron la salida en la 44 edición de esta carrera. Por seguir el mismo orden que aquel día, empezamos con Lucas Ordoñez que al volante del Nissan GT-R GT3 consiguió terminar la carrera en décimo primera posición, una clasificación satisfactoria para ellos dado el nivel de los competidores con sus nuevos coches.
Por su parte, Miguel Toril ha sido el ganador de la categoría SP7 y décimo quinto de la general, su hermano Alexander Toril fue primero de la categoría V6 y trigésimo primero de la general, mientras que Jordi Gené se alzó con la victoria en la categoría TCR quedando trigésimo tercero de la general. Nicolás Abril terminó en la posición 120 de la general y Carlos Arimón tuvo que abandonar.
Así pues, podemos decir que los pilotos españoles han hecho un muy buen papel en esta edición de las 24 Horas de Nürburgring, una edición que pasará sin duda a la historia como una de las más complicadas de la historia por las condiciones climatológicas que allí se dieron, pero también como una de las más apretadas de la historia por esa pelea entre los dos primeros clasificados en las dos últimas vueltas. El año que viene más.