Ante vosotros un producto bastante exótico. Se puede resumir toda descripción en “macarrada con cuatro ruedas”, un coche rompedor y chocante, y en cierto modo hasta puede considerarse como absurdo. Una alternativa a los clásicos monovolúmenes europeos, vistos hasta en la sopa. Es una reinterpretación moderna del Chevy Suburban de 1949.
Se trata de un producto hecho para América, ensamblado en la planta mejicana de Ramos Arizpe, no en Corea del Sur. Se vende en Europa para ver cómo responde comercialmente, no se tienen altos objetivos de ventas. Como se ven muy poquitos, es un producto muy exclusivo por menos dinero del que estáis pensando.
Veamos qué tiene:
Exterior
Todo lo que estáis viendo es estricta serie, lo único que es opcional en este coche es la pintura metalizada. Tiene unas bonitas llantas de aleación de 17’’ con neumáticos Firestone Firehawk GTA con marcaje M+S. Como puede apreciarse en esta foto tiene frenos de tambor en el eje trasero, da que pensar sabiendo que hablamos de un trasto con 170 CV.
El Chevrolet HHR está diseñado para llamar la atención, prueba de ello es la cantidad de cuellos que se giraron para admirar mi unidad de prensa, incluso atraje a unos obreros mientras hacía las fotos. Menos mal que fue eso, pensaba que iban a hacerme pupita... pero sigamos. Su desafío a lo convencional es su encanto, como pasa con el Chrysler PT Cruiser, otro que tal baila.
Las barras en el techo vienen bien para cargar cosas como tablas de Windsurf, canoas… aunque como todo apéndice aerodinámico, aumentan el consumo. La antena de la radio provoca cierta sonoridad a nada que se exceden los 120 km/h, y rodando por encima de 140 empieza a hacerse pesado el ruidito. El diseño de las puertas y ventanas es de una sola pieza, consiguiendo un diseño limpio lateralmente.
El tintado de las lunas, aunque es notable, no tiene apenas efecto cuando estamos dentro, uno no es consciente de ir tan discreto. Eso significa que es ideal para pegarse más de un revolcón con o sin luz de la Luna. Detrás tiene un único colín de escape de dimensiones tuning, del que emana un bonito sonido.
La luz antiniebla y la de marcha atrás quedan en una posición bastante baja, así como los catadióptricos reflectantes. Hay que tener cuidado al desplegar el portón trasero por la altura que alcanza. El HHR tiene una altura de 1,6 metros, pero con el portón abierto debe andar cerca de 2 metros (ver detalle).
Interior
No estoy muy puesto en interiores al gusto americano, pero después de haber cogido más de 200 coches distintos, tuve algunas dificultades para encontrar ciertos mandos, no estaban donde se suponen debían estar. No tiene una disposición instrumental demasiado lógica, está desperdigada y en posiciones que no voy a tildar de ergonómicas.
La luz antiniebla trasera está sobre la rodilla izquierda del conductor, la de faros antiniebla en consola central. No busquemos los mandos del limpialuneta trasero, están en frente del cambio. Para subir o bajar ventanillas, hay que mirar por esa zona también, ¿lo harán por ahorrarse botones? Por cierto, funcionan a la coreana (sólo es automático el del conductor en bajada).
Una de las lagunas del HHR comparado con monovolúmenes cercanos en precio es la calidad del acabado. La mayoría de los plásticos están tan duros que parten nudillos, son visibles elementos que deberían estar tapaditos, cuando la palanca de intermitentes se suelta tras haber girado suena como si se partiese o que el volante de cuero (igualito que el del Corvette) sólo se regula en altura.
El carácter práctico no es demasiado bueno, hay pocos huecos y de reducido tamaño. Si nos fijamos en la guantera, aparte de que es pequeña, es fácil colar por detrás del receptáculo objetos como CDs o llaves, y recuperarlos puede ser tedioso. Parte de la documentación/instrucciones va alojada en la puerta derecha, pues en la guantera no caben. El fondo de los posavasos se puede sacar para lavarlos.
La climatización es totalmente manual, con aire acondicionado. No resulta nada difícil conseguir una temperatura agradable, y contamos con un techo eléctrico de serie, un alivio cuando hace mucho calor. Las ventanillas quedan un poco arriba, de modo que no da tanta sensación de luminosidad.
Como conductor estaba en una postura un poco rara debido al limitado regulado de volante, sobre todo por el reposapie izquierdo. El asiento tiene reglaje eléctrico de serie, y tanto éste como el del pasajero ofrecen una limitada sujección lateral, cosa que en los traseros brilla por su ausencia. El tapizado de cuero que se ve en las fotos también es de serie, así como los reposabrazos plegables.
Dejando a un lado las quejas por la calidad de terminación, también hay que apreciar la multitud de cromados que se pueden ver por dentro y por fuera, dan un toque de distinción. Pese a todo, está mejor terminado en muchos aspectos que otros Chevrolet de procedencia coreana.
Hay que pensar más en este coche como un cuatro plazas, o un 4+1, ya que no hay cabecero central trasero y además el túnel central es muy estrecho como para colocar pies de adulto. La homologación es de cinco plazas. En esta zona sólo tenemos unos pequeños huecos en las puertas, un revistero y el espacio del túnel central. El mullido de los asientos no es de lujo, pero me parecieron agradables.
Para llevar críos no es lo más adecuado que hay, aunque el diseño de las puertas viene muy bien para mejorar la accesibilidad, y los pasajeros altos se encontrarán más cómodos en el HHR. El límite de altura debe andar por los 2 metros y pico, y en cuanto a las rodillas no hay problemas de espacio como pasaría en un compacto.
La principal fuente de sonoridad es aerodinámica, sobre todo por la antena de la radio. El motor no va muy revolucionado a velocidad de crucero (120 km/h, 3.000 RPM en 5ª) y no es ruidoso. En cuando a los neumáticos, no aportan una cantidad de ruido significativa. Para que el motor haga ruido tenemos que hablar de altas revoluciones. Respecto a lo demás, el equipo de sonido de serie es muy satisfactorio.
El HHR tiene un maletero bastante curioso. Su capacidad es de 430 litros, carece de bandeja superior para ocultar la carga, relegando la tarea de privacidad al tintado. En el fondo del maletero hay una bandeja de plástico rígido que se puede utilizar para adaptarse a lo que estemos cargando, colocable en dos alturas posibles. Perfecto para llevar las ametralladoras Thompson 1921.
Bajo esta bandeja hay unos compartimentos donde pueden colocarse objetos diversos si no son grandes, y debajo se halla la rueda de repuesto, de menor tamaño que las demás. Existe una versión propulsada por GLP que aprovecha este espacio para el depósito supletorio.
Los asientos traseros se abaten de forma asimétrica opcionalmente (sin coste), y es posible abatir también el asiento delantero derecho para cargar con objetos largos (hasta 2,44 metros), como si fuese una veloz Furgoneta Blanca™. Ayudándose de la bandeja rígida, que aguanta hasta 45 kg, es posible tener una superficie de carga totalmente plana.
Continuará...