Los fabricantes no cesan de buscar maneras de hacer que sus coches sean más eficientes a pesar de que son cada vez más pesados debido al equipamiento, cada vez más numeroso que llevan. En algunos casos, las marcas llegan hasta extremos insospechados para mejorar la eficiencia de sus modelos. Por ejemplo, el nuevo Mercedes-Benz Clase S estrena una suspensión que ayuda a recargar la batería de su sistema mild hybrid de 48 V.
La mayoría de fabricantes han adoptado la microhibridación como una de las soluciones más habituales en los últimos tiempos para mejorar la eficiencia de sus motores de combustión interna. La idea es que el motor de gasolina o diésel solo se dedique a mover el coche y no a generar además corriente para todos los sistemas anexos.
Estos sistemas, también llamados mild hybrid, cuentan con una red eléctrica de 48 V (en el caso de la mayoría de las marcas) o de 24 V (en algunas marcas niponas, como Mazda) y una batería de pequeña capacidad (en torno a 1 kWh) para alimentar todos los sistemas auxiliares del coche (turbo, dirección asistida, ayudas a la conducción, climatizador, etc).
Esa batería va asociada a un motor-alternador que ayuda en ocasiones al motor de combustión interna y en las fases de deceleración recarga la batería, junto con la recuperación de la energía cinética de los frenos en muchos modelos.
Cuanto peor la carretera, más energía recuperará el Clase S
En el caso del nuevo Clase S, la batería recupera también la energía cinética generada por las oscilaciones de la suspensión. Según explicó la marca, el sistema está "basado en la tecnología del sistema eléctrico de a bordo de 48 voltios, los amortiguadores activos ahora funcionan electrohidráulicamente y en tiempo real”.
“En carreteras en mal estado, el sistema puede incluso recuperar energía eléctrica, lo que ha permitido reducir significativamente el requerimiento de energía en comparación con los sistemas anteriores".
Dicho de otro modo, cuanto más deteriorado esté el firme, más compresión y extensión efectuarán los amortiguadores y por tanto generarán más energía cinética que podrá ser recuperada por la batería. En este caso, la energía es recuperada en la fase de compresión, es decir, cuando el amortiguador es comprimido al pasar la rueda sobre un obstáculo o al tomar una curva con el peso del coche, por ejemplo.
Evidentemente, no es una enorme cantidad de energía la que se puede recuperar de esta manera, pero como siempre, al final todo suma. Sin embargo, cabe destacar que este es el primer sistema de este tipo que llega al mercado, y será interesante ver dónde se encuentra esta tecnología dentro de unos años.
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