Aún más escondido que el Mercedes-Benz C 63 AMG, nos encontramos con el Mercedes-Benz CLS 63 AMG, también en blanco y demostrando que efectivamente, como dice mi compañero Daniel, las preparaciones de AMG superan a otras preparaciones por algo básico, discreción.
Y eso que en este caso, contaba con detalles más destacados que su hermano pequeño, ya que por ejemplo, las cubiertas de los retrovisores eran de fibra de carbono, un material que destaca con tremenda elegancia sobre el blanco de la carrocería.
El interior, una vez más, exquisito. Un puesto de conducción que parece un guante y detalles en fibra de carbono por todo el interior te hacen olvidar que estás sentado en lo que podríamos llamar una berlina de padre, con 514 CV, pero de padre a fin de cuentas.
En MotorPasion | La nueva generación de la Clase CLS de Mercedes-Benz