Esta es la versión más potente de la Clase CLS de Mercedes-Benz, el CLS 63 AMG. Tiene el mismo nombre de la versión tope de gama del primer CLS AMG, pero tiene una mejora muy significativa en lo que se refiere al motor. Antes tenía un 6.3 V8 de 514 CV, atmosférico, con 630 Nm de par máximo.
El nuevo motor es el M157, un 5.5 V8 biturbo con 525 CV de potencia a 5.250 RPM y 700 Nm de par máximo entre 1.750 y 5.000 RPM. Este propulsor, que pesa 204 kg, homologa provisionalmente un consumo de 9,9 l/100 km de gasolina en ciclo europeo gracias a la inyección directa, sobrealimentación, admisión variable, etc…
Con el paquete AMG Performance la presión de soplado de los turbos sube de 1 a 1,3 bares, proporcionando 557 CV a 5.750 RPM y 800 Nm de par entre 2.000 y 4.500 RPM. Sin este paquete acelera a 100 km/h en 4,4 segundos, con el paquete baja en 0,1 segundos… y la punta (250 km/h) y consumos no cambian.
Las “tripas” del CLS 63 AMG
La transmisión de siete velocidades Speedshift MCT-7 no tiene convertidor de par, sino un embrague monodisco húmedo controlado de forma electrónica. Dispone de varios modos de conducción: Controlled Effiency (C), Sport (S), Sport Plus (S+) y semiautomático (M). Obviamente no tiene pedal de embrague.
En el modo C se busca el ahorro de combustible, tiene función Stop&Start en este caso, y el arranque desde parado se suele realizar en segunda. Para cuando se quiera hacer el macarra se puede prescindir de la función de ahorro para oír el motor parado en un semáforo o para encandilar a las señoritas (o señoritos).
Cuando se produce un cambio de marcha, la electrónica puede apagar varios cilindros para que el salto de una relación a otra sea rápido y sin tirones. También tiene una función de reducción que simula la técnica de doble embrague y Race Start para salir a la máxima velocidad posible desde parado.
La suspensión tiene tres tarados posibles, controlados electrónicamente: Comfort, Sport y Sport Plus, que también afectan al comportamiento del control de estabilidad. La dirección electromecánica reduce el consumo en 0,3 l/100 km porque solo demanda energía cuando se gira el volante, no constantemente.
Calza neumáticos 255/35 R19 delante y 285/30 R19 detrás. Dentro de las llantas ligeras de aleación hay frenos de alto rendimiento AMG de 360 mm de diámetro, perforados y ventilados. Los más quemaos podrán encargar discos carbonocerámicos, más grandes y con menos peso, para reducir las masas no suspendidas.
Por primera vez en el mundo se combinan las luces LED con las bixenón para faros principales, según la marca. La iluminación por LED tiene una temperatura de color de 6.500 kelvin, más parecida a la luz solar que las de xenón (4.200 K). Dicen que las luces LED duran cinco veces más, y aparte están las diurnas, también de LED.
Exteriormente vemos que tiene un capó diferente, pasos de rueda más anchos con insignias “V8 BITURBO”, difusor aerodinámico trasero, cuatro salidas de escape cuadradas, alerón sobre el maletero y una luz antiniebla trasera específica.
Si equipamos el paquete AMG Performance , además de la potencia, el motor va recubierto de fibra de carbono, así como el alerón trasero, tiene las pinzas de freno rojas y el volante tiene inserciones en Alcántara.
Entre sus muchos opcionales puede tener diferencial trasero autoblocante, llantas de cinco radios, suspensión de alto rendimiento, inserciones en fibra de carbono y negro piano lacado, deslimitación hasta 300 km/h y curso de conducción en AMG Driving Academy, paquete exterior en carbono… y ahora es cuando nos recogemos las babas.