Sabíamos desde hace ya tiempo que al icónico Mercedes-Benz Clase G, cuyo diseño nacido en 1979 ha cambiado bastante poco a lo largo de los años, le tocaba una renovación a fondo. El Salón de Detroit 2018 es la cita elegida por la marca para presentarlo al mundo y, por fin, aquí está.
Las principales novedades del Clase G 2018 tienen que ver con su aspecto, protagonizado ahora por unos curiosos faros LED y un interior de nuevo diseño y mayor calidad, y también con la oferta tecnológica, ya que ahora incorpora los sistemas de asistencia a la conducción de la casa.
Descrito por el fabricante como "tan clase G como siempre, pero mejor que nunca", estará a la venta en mayo de 2018 con un precio similar al de la generación saliente, aunque de momento no se han ofrecido cifras concretas para el mercado español. En Alemania partirá de 107.040 euros.
Por el momento sólo conocemos datos de la versión G 500, que equipa el mismo 4.0 litros V8 biturbo de gasolina que el Mercedes-Benz G 500 4x4², con una potencia de 422 CV y un par motor máximo de 610 Nm entre 2.000 y 4.750 RPM. Homologa un consumo combinado de 11,1 litros y equipa una nueva transmisión automática 9G-Tronic de convertidor de par, con nueve marchas.
Diseño indiscutiblemente G
Esta generación del mítico todoterreno de Mercedes-Benz estrena un diseño nuevo, aunque mantiene la esencia del original -con formas cuadradas- y también muchos elementos del modelo anterior, como los listones protectores exteriores en los laterales, las bisagras exteriores de las puertas, la rueda de repuesto montada en el exterior del portón trasero o los voluminosos intermitentes del capó. También se conserva el característico sonido del cierre de puertas.
Además de superficies más musculosas, se han mejorado los ajustes de los paneles de carrocería y tanto los pasos de rueda como los paragolpes delantero y trasero están mejor integrados para no parecer "añadidos". El Clase G es ahora 5,3 centímetros más largo y 12,1 centímetros más ancho, aunque pesa 170 kilos menos gracias al uso de materiales como el aluminio (en capó, puertas o aletas).
Un gran paso en el interior
A diferencia del exterior, el habitáculo del Clase G 2018 que ya conocimos en privado hace meses se ha modernizado considerablemente. El salpicadero mantiene su aspecto vertical, pero ahora el cuadro de instrumentos puede ser completamente digital, como en otros productos de la gama, y los difusores de aire, por ejemplo, lucen un acabado circular, en línea con los nuevos faros LED delanteros.
El panel de instrumentos es análogico de serie, con dos relojes, pero también se puede optar por la opción digital, compuesta por dos pantallas de 12,3 pulgadas (Widescreen Cockpit). Además, el G estrena un mando táctil o Touchpad en la consola para el control del sistema multimedia.
La pantalla izquierda es la que hace de cuadro de instrumentos propiamente dicho -con tres diseños a elegir: Classic, Sport y Progressive-, mientras que la derecha es la pantalla multimedia a través de la que se accede al equipo de audio, el navegador, el teléfono y todos los sistemas del vehículo.
Entre los rasgos clásicos que se mantienen cabe apuntar el asidero del salpicadero, ubicado justo frente al acompañante delantero, o los característicos botones cromados en el centro de la consola para el manejo de los tres bloqueos de diferencial.
Las nuevas dimensiones del modelo facilitan una ganancia importante en habitabilidad: hay más espacio para las piernas (3,8 cm delante y 15 cm detrás), para los hombros (3,8 cm delante y 2,7 cm detrás) y también a la altura de los codos (6,8 cm para los ocupantes delanteros y 5,6 cm para los traseros).
Los asientos del Clase G incorporan de serie calefacción (en ambas filas), función memoria para el del conductor o reposacabezas más lujosos en las plazas delanteras. En opción encontramos los asientos multicontorno, completamente ajustables -con ajuste de respaldo, banqueta y lumbar-, que incorporan también ventilación y función masaje.
Más Clase G que nunca: un auténtico todoterreno
El objetivo principal en el desarrollo de este Clase G 2018 era mejorar sus aptitudes en carretera pero no sólo sin perder sus míticas capacidades off-road, sino mejorándolas. La marca asegura que el modelo es más ágil, dinámico y cómodo que antes circulando por asfalto, pero mantiene su chasis de escalera, los diferenciales bloqueables o la reductora.
La suspensión es de nuevo desarrollo, en colaboración entre Mercedes-Benz G GmbH y Mercedes-AMG GmbH, y cuenta con un tren delantero independiente de dobles triángulos y un eje posterior rígido con barra Panhard. Opcionalmente se pueden equipar amortiguadores adaptativos.
En cualquier caso, los ejes van montados más arriba, así que mejoran las cotas todoterreno, y se ha trabajado en conseguir una mayor robustez general, y en especial más rigidez torsional (un 55% más). Con una altura libre al suelo de 27 centímetros en el eje delantero y 24,1 cm en el posterior, este G tiene una capacidad de vadeo de 70 centímetros (10 cm más que antes). Goza de un ángulo de ataque de 31 grados, ventral de 26 grados y de salida de 30 grados.
Ahora están disponibles cinco modos de conducción a través del 'Dynamic Select' (Comfort, Sport, Individual, Eco y G-Mode) que varían los ajustes de la suspensión, la dirección, el motor, la caja de cambios y los sistemas de asistencia.
La dirección es ahora de cremallera y electromecánica, lo que permite incorporar asistencias como el Parking Assist. Además, ofrece tres niveles de dureza, accesibles a través de los diferentes modos de conducción.
Destaca el nuevo modo G (G-Mode), pensado para un uso todoterreno, que se activa cuando se selecciona la reductora o alguno de los bloqueos de diferencial. El objetivo es reducir las pérdidas de tracción (evitando cambios de marcha innecesarios, por ejemplo) y todos los sistemas del vehículo se adaptan a la conducción off-road.