El ópalo es una de las piedras preciosas más apreciadas en joyería y lo mismo se puede decir del trabajo que los técnicos alemanes de Lorinser han realizado sobre el SUV medio de Mercedes, pintado en este llamativo color para que no queden dudas de su exclusividad.
El resultado no se puede catalogar más que de espectacular, con el GLK 280 de Lorinser emanando distinción por todos los poros de su cuadrada y atractiva carrocería. La fábrica de Winnenden ha querido remarcar las aristas del Mercedes y para ello la parrilla frontal resalta en negro brillante la horizontalidad del logo de la estrella.
El V6 no ha sido retocado para la ocasión y los 231 CV se muestran suficientes para que su estampa deportiva no se quede en agua de borrajas a la hora de afrontar el asfalto con decisión. Gracias al kit de suspensión rebajada que han incorporado el Mercedes GLK se muestra ahora más agresivo, algo que además mejora su comportamiento curvero.
En la espectacularidad de su silueta tienen además mucho que decir las preciosas llantas en acabado negro brillante de 22 pulgadas con las que Lorinser ha calzado al Mercedes GLK, unos zapatos que junto con los Yokohama de 265 mm de sección aseguran un agarre excepcional a este SUV.
En la vista trasera la conjunción de estos “rodillos” con el faldon trasero, de nuevo en negro, enmarcando las cuatro salidas de escape que ahora incorpora el Mercedes GLK conforman una visión que será la habitual para el común de los mortales, a la vez que prometen una melodía digna de una sala de conciertos.
En Motorpasión | Lorinser tiene un Mercedes GLK en la cocina