Un hombre de 47 años de Seúl tenía ciertos problemas con el roaming de su móvil Samsung, y al contactar con la marca ésta le remitió a su operadora, SK Telecom.
Después de 16 llamadas a su call center y dos visitas a las oficinas, no obtuvo una respuesta satisfactoria, así que decidió estrellar un Mercedes S 500 contra la puerta de la oficina de su operadora.
Pero lo más grave todavía no es eso, el problema es que le había pedido prestado el coche a un amigo, no era suyo. Moraleja: si alguien os dice “oye, déjame tu Clase S que tengo que ir a la sede de una importante empresa”, pensad lo peor.
Vía | Xataka Móvil
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