La versión Sportive sólo se vende con un motor 1.5 de 103 CV, con inyección indirecta y admisión variable. Este motor se ve beneficiado por el bajo peso del coche, que no llega ni a 1.100 Kg., con lo que no necesita más cilindrada para estar en sintonía con sus rivales. Por debajo tiene dos motores de gasolina de 75 y 86 CV junto a un recién llegado diesel 1.4 de 68 CV, conocido en el grupo PSA-Ford como 1.4 HDi/TDCi.
Es de los que mejor responde de su segmento pero tiene una pega muy gorda. ¿Cuál? Sigue leyendo…
Conducción y dinámica
El motorcillo este se defiende muy bien. Con sus 137 Nm a 4.000 RPM es capaz de lanzar al utilitario japonés hasta 188 Km/h y necesita 10,4 segundos para hacer el 0-100. Según ficha consume 5,9 litros a los 100 Km, pero eso es sólo en condiciones muy favorables. En conducción eficiente declaraba un consumo de 6,3-6,5 litros.
Saltó la reserva a los 467 kilómetros, lo que nos da un consumo aproximado de 7,0-7,5 l/100 Km, cuando el ordenador marcaba 6,8 l/100 Km (a 54 Km/h de media). Tómese con cautela ya que hubo recorridos a ritmo ágil y dudo que el depósito de 43 litros estuviera 100% lleno.
Me recuerda al motor 1.6 de 100 CV del Ford Fiesta que aún se vende. Tengo un recuerdo estupendo de ese motor, de cómo subía de vueltas, el sonido, su respuesta… El 1.5 japonés es silencioso a bajas vueltas (el sonido se hace muy excitante. Corta inyección a poco más de 6.500 RPM, lástima que no estire más.
Negocia las curvas muy bien, el tacto es bastante deportivo. Dirección y cambio son precisos y rápidos, ideal para ratonear en curvas lentas. Dada su potencia, el subviraje no es sencillo ya que entre curva y curva no es capaz de lanzarse mucho. El tacto del freno me convenció poco ya que utiliza frenos de tambor en el eje trasero, y eso resta precisión. Adelantando en 3ª tiene bastante chispa, en 4ª hace el 80-120 Km/h en 10 segundos y medio.
Cuando estaba a punto de concluír que era un utilitario estupendo y deportivo, me dio por probarlo en descenso un poco más rápido de lo que marcan las señales de limitación de velocidad de mi carretera habitual de curvas (+(10-30) Km/h). Cuando frené un poco para colocarlo en la trazada, el tren trasero se empezó a pirar, poco pero lo suficiente, y el ESP tardó unas décimas en reaccionar, las justas como para que perdiese confianza. Además, los leves balanceos de la carrocería mientras interviene el ESP no ayudan a la corrección de volante, despista.
Es como el Peugeot 206, con un eje trasero un poco traidor, sensible a las transferencias de peso en curva (como cambios de apoyo) y susceptible a la adherencia de la carretera. Si no se conduce rápido (y no hablo de MUY rápido), no tiene problema, pero si no puede darnos algún susto si no somos finos. No parece un problema de suspensión blanda, la tiene más dura que los modelos inferiores, ni de neumáticos. Frena un poco fuerte antes de entrar en una curva y puedes desestabilizar el coche. Quizás se deba al poco peso.
En autopista, si hay viento lateral, se nota un poco más que en utilitarios con mejor “pisada” como el Peugeot 207. En conducción nocturna, el alcance de los faros de cruce me pareció subjetivamente un poco corto, y no dispone entre sus opciones de faros de xenón. El problema de vibración de la dirección descrito en la primera parte parece ser una característica de los neumáticos 195/45 R16, de serie en el Sportive.
Me sabe un poco agridulce esta última crítica, pero creo que es digna de mención. Naturalmente no se debe frenar fuerte antes de entrar en una curva, ya que es fácil desestabilizar cualquier coche, pero considerando las condiciones, el efecto me pareció más acusado que en la mayoría de utilitarios buenos que he probado (y van unos cuantos). Si algún día sacan una versión más deportiva, deberán revisar la suspensión y desde luego poner cuatro frenos de disco.
Como se suele decir, “chicos, no intentéis esto en casa”. De todas formas, también tengo que añadir que, aun conduciendo de forma responsable, que es lo suyo, en alguna situación de emergencia conviene estar avisado que puede darse ese comportamiento que he descrito. Por ejemplo, entrar en una rotonda a 50 Km/h, darse cuenta tarde que no hemos cedido el paso y meter volante fuerte a derecha para dejar el carril interno libre, con un toque al freno. Puede bastar con eso para notar el baile.
Mañana describiré equipamientos y seguridad.