No solo las marcas chinas de coches eléctricos pasan apuros. Tenemos a Fisker en bancarrota oficial y a Rivian (ambas estadounidenses) que nunca ha obtenido ganancias netas trimestrales desde su fundación en 2009 y perdió 1.500 millones de dólares en el primer trimestre. Tal como están las cosas, Reuters afirma que Rivian pierde "casi 39.000 dólares por cada vehículo" vendido, y tras años con problemas ha encontrado una salida.
El Grupo Volkswagen invertirá nada menos que 5.000 millones de dólares en Rivian tras la espantada de Ford. Pero no lo tomemos como un movimiento salvador, porque Volkswagen se va a beneficiar de un pilar que le está dando muchos problemas: el software.
Rivian puede sacar a Volkswagen de un buen apuro
Según han comunicado los fabricantes, Rivian y el Grupo Volkswagen tienen la intención de formar una empresa conjunta 50/50 para crear "plataformas de vehículos definidos por software" de próxima generación que se utilizarán en los futuros vehículos eléctricos de ambas empresas.
La inversión inicial será de 1.000 millones de dólares para que, a corto plazo, la empresa conjunta permita al consorcio alemán utilizar la arquitectura eléctrica y la plataforma de software existentes de Rivian. Recordemos que el grupo está teniendo muchas dificultades con su división de software Cariad, creada hace cuatro años, sin mencionar los problemas que tiene para hacer despegar el coche eléctrico como marca tradicional que es, pues está vendiendo la mitad de lo que esperaba.
Una serie de errores y retrasos en el software 1.2 ha provocado despidos y el reemplazo de la junta directiva, con el adiós de Herbert Diess y la llegada de Oliver Blume. Además de los nuevos modelos insignia de Volkswagen, los problemas de software retrasaron el lanzamiento del Porsche Macan EV y del Audi Q6 e-tron. De hecho, la marca de los cuatro aros ha sido la más afectada, ya que ha paralizado una nueva fábrica en China mientras espera que se arregle el problema.
Ahora Blume está buscando una solución en el extranjero, cerrando acuerdos con Xpeng en China y ahora con Rivian en Estados Unidos para aprovechar la experiencia en software de nuevas empresas exclusivamente eléctricas que han desarrollado la tecnología desde cero.
Mientras tanto, Rivian lidia con sus propios problemas para resultar ser rentable sin mucho éxito. En febrero del año pasado Ford cortó los lazos y las inversiones que tenía en la compañía y está luchando por reducir costes de producción. Ha decidido eliminar más de 100 pasos de su proceso de fabricación de baterías, se han eliminado 52 piezas de equipo del taller de carrocería y han fulminado más de 500 piezas del diseño de sus modelos insignia, como el SUV eléctrico R1S o la pick-up R1T.