Recientemente he ido a un concesionario de vehículos de ocasión a mirar un coche. Hasta ahora, por ignorancia o por ingenuidad, nunca me había parado a pensar qué significa en concreto el concepto IVA deducible en los anuncios de coches de ocasión.
Los profesionales autónomos (como es mi caso), se pueden deducir el 50% del IVA en la compra de un coche, si la mitad del tiempo lo utilizan para trabajar y pueden demostrarlo. Si el coche se utiliza exclusivamente para trabajar, esta cifra llega al 100%. Este es el resumen no exhaustivo y, desde luego, seguro que admite muchos matices, empezando por la contabilidad creativa que la muchos hacen en estas cuestiones. De nuevo, por ignorancia o ingenuidad, no es mi caso.
Pero el vendedor de este concesionario, sin conocerme de nada, me dio una magistral clase de realidad, y qué significa para ellos IVA deducible. Básicamente si un coche cuesta 25.000 euros con IVA incluido (3.814 euros de IVA), se hace la factura por una cantidad menor, pongamos 20.000. Entonces se “ahorran” 762 euros de IVA.
¿Y cuándo no tienen IVA deducible?
No termina aquí el asunto. Hay otros que no tienen IVA deducible, y en este caso no es que se ahorre parte del IVA, es que no pagan nada (o eso me pareció entender). Se realiza la transferencia como si fuese entre particulares, por tanto no está sujeta a IVA.
No sé si es una práctica habitual en concesionarios pequeños, y no sé si quiero saberlo. Me imagino que en concesionarios grandes esto no ocurre tan fácilmente. En todo caso, por muy tentador que pueda parecer ahorrarse un dinero, es un problema de concesionarios grandes frente a pequeños si éstos no juegan limpio.
Por cierto, si alguien piensa que esto es algún tipo de apología del fraude fiscal, que pregunte por mí en Pymes y autónomos, nuestra publicación sobre el tema. Su coordinador me conoce y, en sus propias palabras, “eres el autónomo más pringado de toda España”. Efectivamente, yo seré de los que pague la factura completa.
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