Los automovilistas en Francia están sufriendo una penuria de carburantes desde el pasado fin de semana. La consecuencia son unas colas interminables cuando hay una gasolinera abierta por lo que la policía ha empezando a controlar el nivel de carburante de quien pretende repostar, sacando de la fila a quien tenga más de medio depósito.
La falta de carburantes en muchas gasolineras francesas se debe a una huelga de los trabajadores de las refinerías de TotalEnergies y de ExxonMobil (Esso). Inicialmente, la falta de gasolina y diésel afectó sobre todo al norte de país, pero ya se ha extendido a casi todo el territorio.
Tras casi 10 días de huelga, la falta de carburante en el norte está alcanzando niveles inauditos, causando larguísimas colas en las vías de acceso a las pocas gasolineras que tienen algo de carburante, cortando calles y ocupando carriles de autopista.
Así, para regular el tráfico la policía ha empezando a controlar el nivel de carburante de los vehículos de quienes pretenden repostar. Por ejemplo, en el área del Nord Pas-de-Calais, limítrofe con el Canal de la Mancha y Bélgica, algunos automovilistas vieron como la policía les controlaba el nivel de gasolina.
Con el depósito a más de la mitad, la policía impide repostar
"Decenas de vehículos esperan frente a una gasolinera en Arras. La policía está presente para evitar desbordamientos y controlar que nadie llene bidones. También comprueban la reserva de los automovilistas: los que tienen más de medio depósito de combustible tienen que dar la vuelta", explicaba una periodista de BFMTV. O bien como en este caso, donde una persona con el depósito lleno al 75 % se veía negar la entrada a la gasolinera.
La presencia de gente con los depósitos a más de la mitad se explica por el pánico. Es el efecto combinado del temor y de la necesidad humana de sentirse seguro que lleva a hacer acopio de gasolina. Es lo que se llama una "compra del pánico" y lo que, en el inicio de la pandemia, nos llevó a acumular papel higiénico.
En cuanto a los controles de la policía se trata de un dispositivo puesto en marcha por los agentes para evitar atascos, pero que no se corresponde con ninguna normativa. Legalmente, en Francia, un policía o gendarme no puede controlar el nivel de carburante de un vehículo. Así, un automovilista puede negarse a que miren el nivel de su depósito.
La policía podría hacerlo únicamente si un decreto prefectoral (norma dictada por el delegado del Gobierno en ese departamento, el cual equivale a nuestras provincias) lo justifique por una situación de emergencia.
En el caso de los controles en el norte de Francia, las autoridades reconocen que los policías actuaron por iniciativa propia y efectuaron los controles con el consentimiento de los automovilistas, para evitar abusos y reducir el atasco. De momento, sólo el departamento del Vaucluse, al norte de Montpellier, ha decidido aplicar un racionamiento de la venta de combustibles.
Los automovilistas podrán repostar hasta 30 litros y los camiones hasta 120 litros. Sólo los vehículos de emergencia y trabajadores de la sanidad podrán repostar más allá de los 30 litros. Y en este caso, la policía sí puede efectuar controles.