Se dice que compramos primero con la vista, pero no es el único sentido que usamos cuando compramos. En marketing sensorial, el olor forma parte de las estrategias de una marca.
Así, el olor a pan recién hecho que viene de una panadería, ese perfume al que huelen todas las grandes tiendas de ropa o el olor a coche nuevo fomentan la compra, fidelizan al cliente y lo reconfortan en su compra.
Las marcas de coches también lo usan sus estrategias de venta, sobre todo en China y el olor a nuevo forma parte de lo que se espera al comprar un coche nuevo. El problema es que ese olor, que a algunos les gusta tanto que intentan reproducir con perfumes de coche, no solamente puede marear a algunas personas, sino que podría ser muy nocivo.
Las sustancias químicas que escapan de un coche nuevo al aire del habitáculo son las culpables. Y un nuevo estudio publicado en la revista ‘Cell Reports Physical Science’ sugiere que ese olor podría aumentar el riesgo de cáncer.
Científicos de la Universidad de Harvard y del Instituto de Tecnología de Pekín llevaron a cabo su investigación en entornos y condiciones reales de uso. Analizaron el aire del habitáculo de coches nuevos que permanecieron aparcados en el exterior durante 12 días seguidos. Utilizaron sensores para controlar las 20 sustancias químicas más usadas habitualmente en la producción de los coches.
Niveles hasta un 61% más altos de lo permitido
Los investigadores descubrieron así niveles para esas sustancias químicas que superaban la norma nacional china de seguridad para la calidad del aire en los coches. Entre ellas, el formaldehído, un compuesto cancerígeno conocido, superaba las normas en un 35%. Otro carcinógeno peligroso, el acetaldehído, superaba la norma en un 61%.
Sólo unos minutos bastan para aumentar el riesgo. Pasar sólo 30 minutos al día en un coche puede exponer a una persona a una cantidad suficiente de estos carcinógenos como para correr el riesgo de superar las normas de seguridad.
Pero no son las únicas sustancias presentes en ese olor a nuevo. El benceno y el formaldehído suelen encontrarse en diferentes niveles. El benceno se encuentra en la gasolina y el caucho, y el formaldehído está oculto en las alfombrillas y la pintura del coche. Son también dos compuestos químicos de la lista de los 65 compuestos oficialmente catalogados en la “California Proposition 65” como susceptibles de provocar cáncer y problemas de reproducción.
Según un estudio de 2021, podría existir un "riesgo potencial" para las personas que pasan mucho tiempo conduciendo, pero esta nueva investigación sugiere que las personas pueden estar en riesgo aunque no tengan que desplazarse mucho.
Hay que aclarar que los niveles de sustancias nocivas no son extrapolables a todos los coches en todas las circunstancias, pues dependerá de diferentes factores, como la temperatura, la velocidad y el modo de ventilación, la humedad en el ambiente, la radiación solar recibida, los materiales usados en el interior e incluso el equipamiento del coche (por ejemplo, las tapicerías de cuero emiten más sustancias nocivas que las de tela).
Para proteger nuestra salud, los científicos recomiendan ventilar el coche todos los días, si es posible. También es recomendable aparcar el coche fuera, a la luz del sol, para que estas sustancias nocivas se eliminen más rápidamente. También es aconsejable retirar todos los revestimientos interiores de plástico del salpicadero o las puertas y limpiar regularmente el interior del coche.