La M-30 es una de esas vías que nació en 2007 en Madrid bajo el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón siendo ya compleja por sus características. Terminó con éxito siendo una circunvalación de 33 kilómetros que es ahora una de las vías más transitadas y enrevesadas de España (dicen que si te pasas una salida los próximo que ves es "bienvenido a Marbella"). También terminó endeudando al Ayuntamiento con miles de millones de euros en una época en la que la UE no permitía a las ciudades llegar a tales cifras.
Ahora, tras casi dos décadas siendo privada en un 20 %, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha decidido hacer la M-30 totalmente pública a partir del 1 de enero de 2026.
Según publica El País, el Ayuntamiento comprará el 20 % de la gestión de la M-30 a la sociedad Emesa, formada por Ferrovial y el grupo ACS, y a la que paga cada año unos 55 millones de euros. De cerrarse este acuerdo, el Ayuntamiento se ahorraría un buen pellizco, pero la cuantía está por ver. De esta forma, el Ayuntamiento quiere rebajar sus gastos haciendo pública la empresa del mantenimiento.
Aún sin datos acerca de lo que costará a las arcas públicas municipales esta gestión, "la única cifra que se sabe hasta ahora es lo que cuesta el mantenimiento anual de la M-30 para los madrileños, que asciende a más de 160 millones de euros. Es decir, alrededor de 450.000 euros al día", detalla El País. A lo que hay que sumar los 55 millones a Emesa.
Básicamente, tal y como nos cuentan desde El Blog Salmón, el Ayuntamiento creó una empresa semipública para el mantenimiento de forma que la deuda no figurara como deuda pública. Pero esta estructura es más cara que hacerla por la vía convencional, ya que hay que sacar a concurso el mantenimiento cada cierto periodo de tiempo.
Cuando los tribunales dijeron que eso no era del todo legal, todo esto dejó de tener sentido ya que sale más caro y ya no tiene la "ventaja" de que no figure como deuda pública. Resultado: ahora que se puede lo lógico es que el mantenimiento vuelva a ser público, y lo van a hacer.
Hace años que el PSOE, con el apoyo del resto de grupos políticos, han pedido establecer la gestión pública de esta vía, poniéndose en duda la capacidad de Emesa para cumplir con el contrato en materia de mantenimiento de los túneles, el número de trabajadores dedicados a incidentes o deficiencias en el sistema antiincendios.
Todo lo que hay detrás del nacimiento de la M-30
Recordemos que para hacer frente a tal obra, Alberto Ruiz-Gallardón creó una empresa público-privada que llamó Madrid Calle 30 S.A, pública en un 80 % y privada en el 20 % restante y que como hemos dicho pertenece a Emesa (a Ferrovial y a ACS). El objetivo era que la deuda no figurara como pública.
Esa empresa asumiría la deuda (la deuda de todos los madrileños) del soterramiento de la M-30: 2.500 millones de euros. Pero nadie hace favores así a cambio de nada, y según detallan desde Datadista, Emesa asumió esa deuda a través de tres vías:
- La empresa público-privada Madrid Calle 30 subcontrata 35 años el mantenimiento de la M-30 a Emesa.
- Madrid Calle 30 recibió un préstamo de Ferrovial y ACS por el que tiene que pagar intereses.
- El beneficio de Madrid Calle 30 se reparte entre sus accionistas, que son el Ayuntamiento, ACS y Ferrovial.
Como era de esperar, este plan no era del todo legal y en 2011 una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo determinó que la deuda no podía estar en manos de una empresa, sino del Ayuntamiento. Al tener que cambiar la deuda de manos hubo que renegociar con los bancos y estos pusieron unas condiciones peores (más intereses y menos plazo).
El crédito de 2.500 millones de euros de la M-30 sigue pendiente a pagar hasta 2030.
Foto | Luis García/Wikpipedia