Koenigsegg y Geely, dueña de Lotus y Volvo, entre otras, tienen en común el querer usar los volcanes de Islandia para fabricar combustible sintético. El pequeño fabricante sueco y el gigante chino están experimentado, cada uno por su lado, la captura del carbono arrojado por los volcanes islandeses y fabricar con ello metanol.
El proceso, como el de cualquier creación de metanol sintético, consiste en combinar el hidrógeno con el carbono para crear la estructura del alcohol, la cual puede utilizarse en los coches.
El metanol no es nuevo como combustible, ya que se ha utilizado durante décadas en algunas competiciones, como la Indy 500, hoy en día se usa sobre todo en dragsters y algunas competiciones de todoterrenos.
Tampoco es que usar la energía de los volcanes sea nuevo. Islandia lleva años aprovechando el calor de la tierra para obtener energía. De hecho, el 90% de los hogares del país funcionan con energía geotérmica. Los científicos islandeses descubrieron que perforando los volcanes podían aprovechar el calor de 427º C y utilizarlo para generar electricidad.
Koenigsegg acaba de empezar
En una entrevista concedida a Bloomberg, Christian von Koegnisegg resume así la idea de fondo:
“Se captura la emisión de CO₂ de los volcanes semiactivos y se convierte en metanol. Y si se toma ese metanol y se alimenta a las plantas que hacen la conversión de otros combustibles y luego se alimenta al barco que transporta esos combustibles a Europa o a Estados Unidos o a Asia, a donde sea que vaya, se pone un combustible completamente neutro en CO₂ en el vehículo.
Y, por supuesto, con los sistemas de postratamiento correctos, dependiendo del entorno en el que te encuentres, puedes limpiar las partículas de la atmósfera mientras utilizas el motor. Así que puedes ser muy respetuoso con el medio ambiente haciendo eso. Es un aspecto divertido de los combustibles renovables del que no se habla tanto, pero hay muchas, muchas otras tecnologías que están surgiendo.”
Es verdad que hay muchos condicionantes en la idea de Koenigsegg. Por ejemplo, la fuente de hidrógeno ha de ser verde, renovable. Y la energía que alimenta los diferentes métodos de transporte, también. De lo contrario, solo se reduciría el impacto en CO₂, pero no sería neutro. Aunque de momento, solo están empezado a experimentar con ello.
Geely va un paso por delante
Por su parte, Geely comenzó a experimentar con los volcanes y el metanol en 2015, con una inversión de 45,5 millones de dólares en la empresa islandesa Carbon Recycling International para la fabricación de metanol vía la captura de CO₂.
Geely asegura que las pruebas realizadas han sido un éxito y que las seis berlinas Geely Emgrand M100 habían demostrado la viabilidad del proyecto en una prueba de más de 150.000 km.
El metanol obtenido de esta forma dista mucho de ser perfecto, pues todo depende de cómo se obtiene el hidrógeno utilizado para producir el metanol a partir del dióxido de carbono. Si para fabricarlo se usa una planta térmica de carbón, por ejemplo, seguirá habiendo un pequeño problema medioambiental.
Sin embargo, hay esperanza, ya que hay formas de obtener hidrógeno de forma neutral en cuanto a las emisiones de carbono. Al final, el combustible volcánico llamado Vulcanol produjo un 90% menos de emisiones de carbono que los combustibles fósiles.
La independencia energética prima sobre el medioambiente
De todos modos, y es algo también a tener en cuenta, elimina la necesidad de utilizar petróleo natural y agotable. No podemos ser tan ingenuos y pensar que toda la industria y los gobiernos tienden a buscar alternativas a los combustibles fósiles exclusivamente por una cuestión medioambiental. La independencia energética y la necesidad acuciante de buscar alternativas al petróleo, juegan también un papel primordial.
Por ejemplo, China es el primer mercado mundial de metanol como combustible y utiliza más en su mezcla que cualquier otro país. Con la escasez de petróleo, el metanol le permite alargar sus reservas y compras y a término, incluso sustituirlo. Además, China no tiene remordimientos en fabricar hidrógeno con centrales alimentadas por carbón.
Eso explica que el presidente de Geely, Li Shufu, dijera en unas declaraciones a Reuters: "Seguiremos explorando las tecnologías de los vehículos de metanol. Por supuesto, podría fracasar al final, pero actualmente seguimos trabajando en ello".
La cuestión de la independencia energética del petróleo es algo que siempre ha preocupado a alguos países en diferentes épocas. Por ejemplo, el etanol (alcohol) como combustible no es nuevo, en el Brasil de los años 70 y 80 gozó de mucha popularidad.
Actualmente, el E85 -como se le conoce en Europa- es muy popular en Francia, se encuentra en casi todas las gasolineras del país. Su éxito se debe principalmente a su bajo precio (0,86 euros el litro de media) y menor impacto ambiental.
Aún así, no está exento de críticas, pues el E85 francés proviene esencialmente de la agricultura y restos de cosechas. Si lo llevamos a una mayor escala de producción nos podríamos encontrar con problemáticas muy duras de terrenos cultivados de forma intensiva y además en detrimento de la agricultura para consumo humano y animal.
Hace unos semanas, Porsche iniciaba la construcción de una planta experimental de combustible sintético a base de hidrógeno verde. A medida que pasa el tiempo, cada vez surgen más iniciativas que buscan nuevas vías de alimentar nuestra sed de movilidad.
No sabemos todavía qué fuente de energía se impondrá, si es que se impone alguna, pero en todo caso, el motor de combustión interna parece no querer morir.
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