Hace algo más de un año, la DGT envió a los titulares de vehículos las etiquetas medioambientales que, aunque en principio no eran de obligada colocación, estaban llamadas a ser un sistema de identificación visual rápido para escenarios de alta contaminación en las ciudades, cuando los gobiernos locales deciden cerrar el tráfico a determinados vehíclos.
Si aún no tienes tu etiqueta medioambiental, a partir del día 15 de diciembre se pondrá a la venta en las principales oficinas de Correos de España. De momento se ha empezado por ofrecerla en 30 oficinas de Cataluña, a modo de prueba, y en unos días los adhesivos estarán disponibles en todo el país.
El precio de la etiqueta medioambiental de la DGT es de 5 euros. Para obtenerla, sólo hay que presentar el pemiso de circulación del vehículo y el DNI de la persona que lo solicita (y de esta manera se apunta para que quede constancia de que esa persona lo ha recogido).
Se puede consultar en la página web de la DGT qué etiqueta medioambiental corresponde a cada vehículo, con sólo introducir la matrícula en un formulario muy sencillo. En ese mismo apartado se puede ver qué clases de vehículo quedan categorizados por cada etiqueta medioambiental.
El origen de las etiquetas medioambientales de la DGT está en el Aire
Plan AIRE, o Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera es el marco de referencia en el que tienen su origen las etiquetas medioambientales de la DGT. Se trata de un catálogo de medidas concretas que prevé actuaciones transversales entre todos los organismos que tienen competencias en áreas que puedan afectar a la calidad del aire que respiramos.
De los 34,8 millones de vehículos que existen en el parque automovilístico español, 18,5 millones pueden ser etiquetados como B, C, Eco o Cero. Aunque la colocación del adhesivo no es obligatoria, la DGT recomienda colocarlo en el ángulo inferior derecho del parabrisas, o en cualquier otro lugar visible del vehículo si este no cuenta con parabrisas.