Como os ha adelantado mi compañero Daniel, la semana pasada nos cogimos un avión hasta Praga para ver cómo se hacen unas pruebas de neumáticos.
Fue Michelin quién nos invitó a asistir, sin embargo las pruebas no las realiza ninguna marca de neumáticos sino el TÜV alemán. Este organismo, no muy conocido por estos lares, es una referencia de imparcialidad y fiabilidad técnica, con más de 130 años de experiencia. Dentro de unas semanas conoceremos, objetivamente hablando, una comparativa de neumáticos de dimensiones populares.
Pero ¿cómo se llevan a cabo estos tests? El TÜV ha adquirido en la República Checa una flotilla de Skoda Octavia 1.9 TDI de 105 CV, todos con el mismo equipamiento y peso. En cada jornada, la flotilla hace recorridos por carreteras públicas, unos 500 kilómetros diarios, utilizando varios conductores que han sido seleccionados por habilidades y tests psicológicos. Cada unidad es monitorizada por GPS y se conoce en todo momento su posición y velocidad.
La conducción que se realiza es la que podría hacer cualquier persona normal, pero sin macarradas, ni conducción deportiva, pero tampoco con un respeto escrupuloso de los límites de velocidad legales. Se trata de ver cuánto dura un neumático de una marca X, y por ello, cada 2.000 kilómetros, se comprueban las presiones y la profundidad del dibujo en 20/24 puntos diferentes, repartidos en los surcos y en los cuatro puntos cardinales de la rueda.
Siempre se tienen en cuenta las mediciones más desfavorables, las que utilizaría un agente de policía para multarnos. Para minimizar los vicios de conducción de los pilotos o de los propios coches por cualquier desajuste de fabricación, tras las mediciones los neumáticos se cambian y se ponen en otro Octavia, pero siempre en el mismo lugar que ocuparon antes. Como hablamos de coches de tracción delantera, el análisis se centra en los neumáticos delanteros, los que soportan más peso y desgaste.
Asímismo, los conductores se van rotando para que todos conduzcan con todos los neumáticos, para eliminar el efecto conductor. Con estos dos cambios, el TÜV se asegura una precisión cercana al 100%. No sólo se comprueba la duración de las ruedas, también su influencia en el consumo. Los coches los llena de gasóleo la misma persona, con la misma metodología, y comprobando las mediciones del ordenador de abordo para cotejar. Se sabe que cada 100 mililitros de gasóleo suponen unos 265 gramos de CO2 emitidos a la atmósfera por cálculos químicos.
Cada Octavia tiene un equipamiento superior al básico, uno intermedio. Si acierto y se trata de Octavia 1.9 TDI Ambiente, son 22.808 euros al cambio. Ojo, no llevan el mismo equipamiento que los Octavia que venden en España en el nivel equivalente. No tenían climatizador automático, ni elevalunas traseros, ni llantas de aleación, ni volante de cuero, ni equipo de sonido, etc.
Cada coche lleva un conductor, un lastre que simula ser un pasajero y dos ruedas de repuesto que hacen las veces de equipaje. Si un neumático resultara pinchado, el convoy se detiene y se hace el cambio en el momento. Cada convoy de Octavia lleva neumáticos de la misma marca y modelo, para hacer las comparaciones entre los distintos convoys.
El test dura 14.000 kilómetros por neumático y 40.000 por coche, pues continuar hasta que los neumáticos estén completamente pelados es antieconómico y no aportará más precisión al citado estudio.
Todos los neumáticos han sido adquiridos anónimamente en el mercado, como lo haríamos tú o yo, y los Octavia fueron adquiridos a un distribuidor de la zona, que dicho sea de paso, es muy feliz por sus ventas. Hay varios convoys de Octavia, cada uno se compone de 5 coches, la medida ideal para la precisión del test.
La profundidad de los surcos se mide con un aparato que tiene una precisión enorme, del orden de una centésima de milímetro de error. Con los datos de este aparato, el técnico acumula en una hoja de cálculo todos los valores, con los que hará los pertinentes cálculos estadísticos.
Cuando se tengan todos los datos, se presentarán a los medios de comunicación unas gráficas. El neumático que salga mejor parado tendrá el 100% de la puntuación, y sus competidores aparecerán por debajo. Hay que aclarar esto, ya que alguien podría imaginarse que el que tenga el 100% es un neumático perfecto, cuando es “el mejor de la comparativa” en el aspecto señalado: durabilidad, seguridad sobre mojado, consumo de combustible, etcétera.
¿Qué neumáticos se están probando? En medidas 195/65 R 15 T, de invierno, tenemos Bridgestone Blizzak LM-25, Dunlop SP Winter Response, Goodyear Ultra Grip, Michelin Alpin A3, Continental Winter Contact TS 810, Pirelli Snow Sport W 190 y Vredestein Snowtrac 2. En la misma medida pero de verano están los Bridgestone B 250, Continental Premium Contact 2, Dunlop Fast Response, Goodyear Excellence, Michelin Energy Saver, Nokian H y Pirelli P6.
Cuando publiquemos los resultados, ya sabréis a qué ateneros cuando compréis estos neumáticos. Internacionalmente el TÜV tiene el prestigio suficiente para que lo que digan vaya a misa, pues no tiene relaciones con las marcas de neumáticos, ni hay billetes por debajo de la mesa para que la marca X salga mejor que la marca Y.
En Motorpasión | Un paseo por Praga a través de sus coches