Para ello, han confeccionado una lista con las consecuencias que se pueden dar durante el uso del navegador GPS. Hay algunas bastante obvias, como son la manipulación del aparato durante la marcha o el uso excesivo de la pantallita del GPS, mirándola cada dos por tres. Otras, sin embargo, afectan de forma incosciente al conductor, como cuando el GPS da una orden se tiende a desconectar de la carretera o si las órdenes son confusas se tiende a disminuir la velocidad incoscientemente.
Como yo lo veo, es que si eres un peligro al volante por tu inseguridad, si llevas un GPS serás el doble de peligroso. Si no eres así, el aumento de inseguridad que puede darte un navegador GPS es el mismo que llevar la radio puesta.
Vía | menéame.net
Más información | Estudio de la Fundación Mapfre