La compra de un coche eléctrico o híbrido enchufable va casi siempre acompañada de la compra e instalación de un cargador para coche eléctrico en casa, lo que llamamos coloquialmente una wallbox. Pero antes de lanzarse a comprar el primer cargador que nos propongan, deberíamos tener claro una serie de conceptos y términos para poder escoger el que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Las fichas técnicas y los vendedores nos hablarán de carga rápida o lenta, potencias de carga, conectores, modos de carga y demás índices IP/IK. Suena todo extraño, pero en realidad es muy sencillo. Explicación.
Siempre recurrir a un electricista profesional
En teoría, no es necesario instalar un cargador doméstico para recargar el coche eléctrico. Una simple toma de corriente es suficiente. Sin embargo, la realidad no es así del todo. En la práctica es imprescindible recurrir a un electricista profesional, aunque vayamos a utilizar un enchufe doméstico.
Y es que necesitaremos un electricista profesional para que instale un enchufe con su disyuntor. El disyuntor es un interruptor automático, o diferencial, específico para el enchufe que usaremos para recagar el coche.
El disyuntor detecta las diferencias de intensidad en la corriente. Es necesario tanto por nuestra seguridad, protege nuestra instalación, como por eficacia a la hora de cargar el coche eléctrico. Si no lo tenemos y hay una diferencia de tensión, por la razón que sea, el coche detectará esa diferencia y no cargará.
Por otra parte, debemos tener claro que la corriente que tenemos en casa es corriente alterna (AC) monofásica, es decir de 220 o 230 V. Es la corriente de "toda la vida", digamos. Más adelante veremos que a partir de una cierta potencia algunos cargadores requieren de una instalación trifásica, es decir, con un voltaje en España de 380 V.
En una instalación monofásica, todos los aparatos eléctricos están conectados en un mismo circuito o fase. Los aparatos eléctricos se reparten la potencia disponible en casa, la que tenemos contratada. En una instalacion trifásica los aparatos eléctricos están separados en tres grupos y cada grupo va asociado a una fase. La potencia contratada se divide entonces en tres partes iguales.
El interés de la trifásica es que un grupo de aparatos tendrá asegurado siempre el mismo nivel de potencia y así no tendrán que compartir la potencia con el resto de aparatos eléctricos. Concretamente, en una trifásica, nuestro cargador de coche eléctrico podrá utilizar siempre la potencia máxima que necesita y no una potencia inferior porque ha de compartir la corriente con el aire acondicionado de casa, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que una instalación trifásica implica una potencia contratada más elevada de lo habitual, con una notable consecuencia en la factura de la luz, claro. Y es también un tanto caro volver a monofásico si fuese necesario en un futuro.
El enchufe de nuestro coche eléctrico
Antes de empezar a hablar de cargadores es preciso conocer los enchufes que tienen los coches eléctricos, también llamados conectores. Porque no todos los coches eléctricos llevan el mismo tipo de enchufe.
Si nuestro coche eléctrico es de primera generación (lo compramos de segunda mano, por ejemplo), éste tendrá un enchufe de Tipo 1. Algunos modelos que tienen este conector son el Nissan Leaf de primera generación, el Chevrolet Volt y el Opel Ampera, el primer Toyota Prius Plug-In, el Kia Soul EV de primera generación, el Renault Fluence ZE o el primer Renault Kangoo ZE.
Al contrario, si estamos hablando de un coche híbrido enchufable de nueva generación, como un Kia XCeed PHEV o un Peugeot 3008 HYbrid4, estos equipan de serie un conector de Tipo 2.
En caso de ser un eléctrico de nueva generación, ya sea un Renault Zoe, un Volkswagen ID.3, un Porsche Taycan o un Tesla Model 3, el coche vendrá equipado de serie con el conector Combo CCS 2. Además, algunos híbridos enchufables, como el Mercedes Clase A 250e, equipan un conector CCS 2.
El Combo CCS es básicamente un enchufe que combina el Tipo 2 y un enchufe adicional integrado para cuando usemos las recargas rápidas en carretera, como en las electrolineras, en la red Ionity u otras redes de puntos públicos de carga rápida.
Las diferentes potencias de carga disponibles
Antes de determinar qué potencia podemos necesitar, veamos las potencias que los cargadores actualmente disponibles ofrecen. Los fabricantes proponen cargadores de hasta 3,7 kW y 7,4 kW, con instalación monofásica, y de 11 kW y 22 kW, que obligan a una instalación trifásica.
Potencias disponibles en cargadores domésticos |
Corriente monofásica o trifásica |
hasta 3,7 kW |
Monofásica |
7,4 kW |
Monofásica |
11 kw |
Trifásica |
22 kw |
Trifásica |
La carga de un coche eléctrico en casa se hace mediante corriente alterna (AC). El problema es que las baterías de los coches eléctricos almacenan la energía en corriente continua (DC). Por tanto, los coches eléctricos llevan un inversor, también llamado cargador, integrado en su sistema que tendrá que transformar la corriente alterna en continua. Más adelante, veremos que ese inversor determina también qué cargador escoger.
Las estaciones de carga rápida, en carretera, transforman la corriente alterna de la red en corriente continua y la envían directamente a la batería, sin pasar por el inversor del coche. Es la capacidad de la batería para absorber la energía la que influirá en el tiempo de recarga. Y es lo que explica que un coche eléctrico pueda cargar a una potencia muy superior a la que carga en casa.
Modos de carga de los coches eléctricos
En la fichas y descripciones de los fabricantes de cargadores eléctricos a menudo veremos que nos hablan de modos de carga. Existen cuatro modos de carga, siendo los Modo 2 y Modo 3 los que necesitamos en casa o en nuestro parking. Se resume todo a una cuestión de seguridad y control de la carga.
Modo 1: aquí la corriente alterna (AC) va directamente del enchufe al vehículo sin que haya una unidad de control entre los dos. Este sistema es actualmente inexistente en los coches eléctricos por su riesgo de sobrecalentamiento. Está incluso prohibido en algunos países, como Estados Unidos.
Modo 2: Se usa un cable equipado con una unidad de control de carga, que corta la recarga en caso de anomalía en la red eléctrica (sobretensión, diferencia de intensidad, etc). La potencia puede ser de hasta 3,7 kW (corriente AC), independientemente del tipo de enchufe. Este cable suele venir de serie en todos los coches eléctricos e híbridos enchufables.
Modo 3: Este sistema cuenta con un control de carga avanzado en el que hay una comunicación entre el cargador o wallbox y el vehículo. La unidad de control está situada en la wallbox. Se usa un cable de carga directo y dedicado que puede estar fijado o no al cargador doméstico. La potencia de carga puede ser de hasta 22 kW (corriente AC trifásica) en los cargadores domésticos.
Las indices de protección IP e IK
Por último, en las características técnicas de los cargadores veremos a menudo la mención de los indices de protección IP e IK. Estos dos indices de norma internacional miden la resistencia de los aparatos eléctricos a las intemperies y a los golpes, respectivamente. Si vamos a instalar el punto de carga al aire libre o bajo una pérgola, por ejemplo, es algo a tener en cuenta.
El indice IP (por Ingress Protection) mide los niveles de eficacia de sellado de los aparatos eléctricos, en este cargadores, contra la intrusión de cuerpos extraños, como herramientas, suciedad y humedad. La clasificación consiste en las letras IP seguidas de dos dígitos; cuanto más alto sea el número, mejor será la protección. A veces un número se sustituye por una X, que indica que la caja no está clasificada para esa especificación.
Ambos dígitos están en una escala de 0 a 6. En caso de un 0 es que las entrañas del cargador estarían básicamente al aire libre y 6 que estarían selladas herméticamente, por así decirlo.
El primer dígito hace referencia a la intrusión de objetos o materia sólida, desde dedos o destornilladores hasta polvo o tierra. El segundo dígito hace referencia a los líquidos, como puede ser la humedad ambiente o el agua de lluvia.
Los mejores cargadores ofrecen una protección IP65. En todo caso, todos ofrecen una protección adecuada para las intemperies y la lluvia con un índice IP54.
El índice IK es el que mide la resistencia a los golpes o impactos. De IK00 a IK10 indican los grados de protección que ofrecen las cajas de los equipos eléctricos contra los impactos externos. IK00 es que no ofrece ninguna resistencia e IK10 que aguanta un impacto de 20 julios, es decir, el equivalente al impacto de una masa de 5 kg lanzada desde 40 cm por encima de la superficie impactada. En concreto, los cargadores para casa suelen tener un índice IK10, el más alto.
¿Qué tipo de cargador necesito para mi coche eléctrico?
La recarga de un coche eléctrico depende de varios parámetros, como el tamaño de la batería del coche, su capacidad de carga, la resistencia del cable y la potencia de la infraestructura o de la toma de corriente y el uso que hacemos del coche. La recarga de un coche eléctrico es una cuestión de coherencia entre todos estos parámetros para sacar el máximo partido a una recarga.
Como hemos visto, el enchufe de nuestro coche eléctrico no es determinante a la hora de escoger un cargador, todos están disponibles para todos los conectores de coche posibles. El quid de la cuestión es escoger la potencia del cargador.
La potencia máxima de carga del coche
La idea de base es que cuanta más potencia tengamos, más rápido se recargará la batería. Pero quizá no nos compense tener un cargador con la máxima potencia disponible. Y es que la potencia deberá adaptarse tanto al uso que hagamos del coche como a la potencia máxima de carga que puede aceptar nuestro coche.
Antes de mirar el uso que hagamos del coche, hay que tener en cuenta la potencia máxima de carga en corriente alterna que puede aceptar nuestro coche. La mayoría de los coches híbridos enchufables están limitados a 3,2 kW, por lo que un cargador de 7,3 kW no nos servirá de nada: el coche cargará a 3,2 kW.
Algunos coches eléctricos, como el Peugeot e-208 no aceptan más de 7 kW (algo más en opción). El Hyundai Kona Eléctrico acepta un máximo de 7,2 kW y si nos vamos más altos en gama, el Tesla Model 3 está limitado a 11 kW, por lo que si instalamos un cargador de 22 kW, tampoco le sacaremos partido a los 22 kW potencia.
Un cargador en función del uso que hagamos del coche eléctrico
Si no usamos todos los días el coche, o lo usamos en trayectos cortos (menos de 40 km al día) y nuestro coche pueda cargar a 7,2 kW quizá no sea necesario optar por un cargador de 7,4 kW. Una toma de corriente doméstica, de hasta 3,7 kW, ya permite ganar suficiente autonomía: de 120 a 150 km, en 8 horas. Eso sí, una carga completa puede requerir más de 24 horas, según la capacidad de la batería del coche y su estado de descarga.
Evidentemente, cuanto más importantes sean nuestras necesidades, más potencia necesitaremos de nuestro cargador. Por ejemplo, si queremos disponer de una batería con un buen nivel de carga todas las mañanas, aunque hagamos 50 km al día, y nuestro coche acepte cargar a 7 o 7,2 kW es recomendable un cargador de 7,4 kW. Algo también recomendable si nuestros trayectos diarios son un tanto largos, de 100 km o más. En cuatro o cincos horas de carga con un cargador de 7,4 kW obtendríamos así una autonomía de más de 200 km, en función del coche.
Las potencias de 11 kW y 22 kW suelen ser indicadas para coches de gama alta y altas prestaciones que disponen de baterías de gran capacidad. Son potencias ideales para coches como los Tesla Model 3, Tesla Model S, Porsche Taycan o Audi e-tron GT. Este último, por ejemplo, ya admite cargas de hasta 11 kW y, en opción, de 22 kW.
En resumen, lo ideal suele ser optar por un cargador de 7,3 kW, que ofrece el mejor compromiso entre potencia de carga -y por tanto tiempo de carga-, precio de compra y de instalación.
¿Me servirá en un futuro el cargador si cambio de coche eléctrico?
¿Qué pasará con mi cargador cuando cambie de coche? ¿Me servirá igual? La respuesta sencilla es sí, tanto por el lado de los enchufes como por el de la potencia, aunque con un matiz en cuanto a potencia.
Los conectores Tipo 2 y CCS Combo 2 son estándares que todos los coches eléctricos vendidos en Europa deben cumplir. Da igual la marca del coche, los enchufes son los mismos. Claro que siempre es posible que haya un cambio de estándar, pero no se prevé ese cambio a medio o largo plazo.
En cuanto a la potencia hay que matizar. Si optamos por un cargador básico de 3,7 kW, es muy probable que se nos quede corto con nuestro siguiente coche eléctrico. Las baterías tienen cada vez mayor capacidad, lo que implica una mayor potencia de carga para poder sacarles provecho.
En caso de haber optado por cargador de 7,4 kW, seguiremos teniendo una potencia de carga aceptable, incluso para un coche que admite una potencia de carga de 11 kW.
Ahora bien, la tendencia es que los fabricantes propongan cada vez más a menudo coches que acepten grandes potencias de carga. Si hoy en día, las potencias de 11 kW o 22 kW son opcionales en los coches más asequibles, en la siguiente generación de coches eléctricos podríamos ver esas potencias formar parte de la dotación de serie del coche.
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