El fin de semana del Gran Premio de Mónaco es uno de esos en los que cualquier cosa puede suceder. Será por el ambiente refinado que se respira en Monte-Carlo o por la cantidad de VIP que se pasean por las calles del Principado en estos días, pero los equipo y los patrocinadores implicados en el campeonato se lucen en esta cita.
Imagen de ello ha sido las vueltas triunfales que los Campeones del Mundo Keke Rosberg, 1982, Nico Rosberg, 2016, han dado al trazado monegasco tras la primera sesión de entrenamientos libres del jueves. Un paseo triunfal a mano de los coches con los que se convirtieron en historia. Dos generaciones, dos épocas muy distintas unidos, como motivo del GP de Mónaco, en un mismo trazado.
Hace un par de días que lo anunciaba Nico Rosberg en redes sociales, tenía luz verde para volver a subirse a un Fórmula 1 y lo haría junto a su padre. Los dos pilotos ya retirados siguen de forma activa relacionados con el mundo del motor y en especial, Nico, al que hace una semana pudimos verle subido a la segunda generación de Fórmula E.
Un Williams del 82 y un Mercedes del 2016, ambos F1, ambos completamente diferentes
Si bien ambos Rosberg fueron Campeones del Mundo hace relativamente poco tiempo, la diferencia entre los dos monoplazas que han lucido hoy padre e hijo ha dejado en evidencia lo que ha evolucionado la categoría en algunos aspectos y lo que hemos perdido en otros-el V6 Turbo sigue sin sonar con trompetas o sin ellas-.
Keke Rosberg ha vuelto a rodar con el Williams FW07C, el coche con el que se coronó en 1982, con varias retiradas, seis podios y un única victoria.
Cuatro años después se retiró de la competición y años más tarde le tocó la oportunidad a un Nico al que hoy hemos vuelto a ver con el todopoderoso Mercedes W07, con el que los alemanes arrasaron.
Tras la vuelta padre e hijo se fundieron en un fuerte abrazo que se convirtió en uno de los momentos más emotivos de un día en el que los Red Bull han dejado claro que en Mónaco van a por todas. Habrá que ver cómo se les da en sesión cronometrada pero prometen dar mucha guerra.