La semana pasada Pirelli anunció los neumáticos que llevará a los próximos 4 Grandes Premios. Aunque los coches sean notablemente más rápidos este año, Pirelli ha optado por mantener las mismas elecciones que en 2014, y de este modo llevará medios y duros al Gran Premio de España y blandos y superblandos a Mónaco, Canadá y Austria.
Pero mucho más allá de esta elección, parece que este 2015 estamos presenciando por fin unos neumáticos que han logrado ese equilibrio que tanta gente lleva pidiéndole a la marca italiana. Parece que nadie acababa de encontrarse a gusto ni con los chicles de los primeros años, ni con las piedras que vinieron un par de temporadas después.
Creo firmemente que las gomas que tenemos esta temporada son exactamente lo que necesita la Fórmula 1: unas gomas que presentan una degradación considerable en su compuesto más blando pero que proporcionan una consistencia suficiente, especialmente con la opción más dura, para poder completar la carrera con un número de paradas razonable.
Una Fórmula 1 con opciones estratégicas
De hecho, es esta situación la que nos está conduciendo a las oportunidades que está teniendo Ferrari de atacar estratégicamente a Mercedes, y eso siempre enriquece las carreras de Fórmula 1. La simple duda de poder negociar una carrera con una parada menos, o por lo menos con unas tandas mucho más cómodas en los neumáticos, abre un abanico de estrategias más allá de la convencional que todos seguirían de tener unos neumáticos más duros.
Por eso me gustaría destacar el fundamental papel que está jugando Pirelli este año con su granito de arena para el espectáculo. Cuando se han tenido que dar palos se han dado, por lo que es lícito aplaudir cuando se han logrado unos neumáticos perfectos para esta Fórmula 1. Además, las elecciones de compuestos no están siendo nada conservadoras, algo que también debe agradecerse. Y sobre todo, que no cambie este criterio a mitad de temporada, que no sería la primera vez.