Ponerse al volante de un coche que llevó a Juan Manuel Fangio a ser Campeón del Mundo siempre debe ser especial. Por mucho que no puedas llevar el monoplaza al límite o que la seguridad sea prácticamente inexistente, más aún si lo comparamos con los actuales Fórmula 1, es una de esas situaciones a las que a todo el mundo les gustaría recordar e inmortalizar.
Algo así debió pensar Nico Rosberg este pasado fin de semana cuando tuvo la oportunidad de dar una vuelta al Circuito de Hockenheim al volante del Mercedes W196 de 1954 en lo que era el estreno de la temporada del DTM. Sin cinturón y con una posición corporal similar a la de Agustín Jiménez en su monologo de “El macho español”, Nico no dudó en inmortalizar su vuelta al trazado germano con una de las últimas modas, el selfie. Posiblemente uno de los selfies más envidiados por todos los aficionados a la Fórmula 1.