En 2010, muchos fueron los que optaron para las tres plazas en la parrilla de Fórmula 1 que ofreció la FIA. Entre los candidatos estaba uno de los fabricantes de vehículos de competición con más nombre del planeta, Lola Racing Cars. La empresa británica abandonó la carrera por entrar la Fórmula 1 al venirse abajo la propuesta de un presupuesto reducido que propuso Max Mosley.
Pero a pesar de renunciar en 2009, Lola no ha cerrado la puerta a la Fórmula 1 e incluso ha anunciado que están preparados si la FIA decide añadir un nuevo equipo a la parrilla. El fabricante británico se muestra orgulloso de que ellos mismos puedan desarrollar por completo un monoplaza. Es más, dejan entrever que 2014, con la llegada de la nueva reglamentación, podría ser un a buena oportunidad. Tan sólo necesitarían la colaboración de un fabricante de propulsores. Y si eso no ocurre, seguirán colaborando con otras escuderías o con sus otras áreas de negocio.
En la historia de Lola, la Fórmula 1 no es nueva. Tras construir monoplazas para otros equipos desde 1960, en 1997, Lola creó su propio equipo con un estrepitoso fracaso como resultado. Tras un único gran premio, Australia, en el que no logró clasificarse ya que sus coches incluso eran más lentos que los F3000 fabricados por ellos mismo, el fabricante británico abandonó el gran circo casi tan rápido como había llegado.
Vía | ESPN F1