Probablemente sii piensas en Ferrari en la Fórmula 1, automáticamente te viene a la cabeza el color rojo. La escudería de Maranello se ha labrado a lo largo de la historia una imagen de marca en la que la tonalidad de sus monoplazas son su seña de identidad, su orgullo y el de toda Italia.
Sin embargo, ésto no siempre ha sido así. Hace muchos años hubo un par de carreras en las que el Ferrari no fue rojo. Dice la leyenda que Enzo Ferrari se negó a seguir corriendo con los colores nacionales tras haber discutido con la FIA y la ACI, cuerpo nacional de automovilismo de Italia, por la homologación de uno de sus monoplazas.
Ésta historia data de 1964 cuando John Surtees luchaba por su primer Campeonato del Mundo sobre cuatro ruedas. El piloto británico pilotaba un Ferrari 158 de color rojo hasta que a dos carreras del final de la temporada tanto él como su compañero de equipo Lorenzo Bandini en vez de presentarse bajo el nombre de Ferrari, lo hicieron como North American Racing Team (NART).
El equipo estaba aparentemente capitaneado por expiloto Luigi Chinetti -un importador que ayudó a poner a los bólidos del Cavallino Rampante en la élite de Estados Unidos y que había conseguido llevar a la marca italiana al éxito al otro lado del charco.
En aquella época, los equipos de Fórmula 1 llevaban los colores del país al que representaban. Por lo que al presentarse como un equipo estadounidense, los pilotos montaron en su coche el color azul. Por primera vez en la historia un Ferrari -porque seamos claros, eso era un Ferrari en toda regla- en la Fórmula 1 no fue rojo.
Eterna lucha sobre la reglamentación
Según parece toda esta parafernalia orquestada por Enzo Ferrari tuvo su origen en una discusión por la homologación de uno de sus modelos, el 250 LM, para competir en resistencia. Según parece la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) se negó a aceptar el modelo ya que no cumplía las normas para hacerlo.
Cuenta la leyenda, que en el pasado, Enzo llegó a hacer mover cincuenta coches para simular que habían fabricado cien unidades del 250 GTO para conseguir así la homologación. Llevó a los inspectores a ver la mitad a un lugar y mientras que hacían una estratégica pausa para el café, los movieron a una segunda localización a donde el capo les llevó posteriormente.
La FIA conocedora de las maniobras del italiano, pidió en aquella ocasión ver la fabricación de las cien unidades. Ante la imposibilidad de cumplir la petición de la organización y de la pasividad de la ACI, Enzo Ferrari prometió no volver a correr con los colores de Italia.
Corto, pero suficiente para marcar un hito
El enfado, como todos sabemos, le duró poco al Commendatore que la próxima temporada volvió a su espléndido color rojo. No obstante, antes, en las dos carreras que disputaron en color azul, el Gran Premio de Estados Unidos y el Gran Premio de México, John Surtees se convirtió en Campeón del Mundo de Fórmula 1 y en el primer piloto de la historia en conseguir llegar a lo más alto tanto en motos como en coches.
Dos carreras que fueron suficientes para marcar un hito en la historia del automovilismo. Por el enfado de Enzo Ferrari que renegó de su patria madre, porque hubo Ferraris de color azul y porque Surtees consiguió lo que nadie había hecho hasta el momento.