Muchos acontecimientos inesperados cambiaron el desarrollo del Gran Premio de Baréin de Fórmula 1, pero hay uno que ha pasado más desapercibido y que ha podido ser crucial a la hora de decidir el podio final de la carrera. Hablamos del accidente entre Max Verstappen y Carlos Sainz en la vuelta 4 de la carrera.
Verstappen y Sainz rodaban quinto y sexto respectivamente, detrás de los dos Mercedes y los dos Ferrari. El madrileño de McLaren estaba aguantando sorprendentemente el ritmo de los cinco coches de cabeza, y aprovechó un error de Verstappen para pegarse a él y comenzar a atacarle. El resultado fue el que todos sabemos: golpe entre ambos y Carlos Sainz de vuelta al box con una rueda pinchada.
La caja de cambios hubiese complicado el podio
Sin embargo, viendo el desarrollo de la carrera, no es descabellado pensar que Carlos Sainz hubiese acabado llegando al podio en caso de haber podido completar el adelantamiento. El McLaren tenía un ritmo inesperadamente sólido, incluso por momentos parecía mejor que el del Red Bull Honda de Verstappen.
Teniendo en cuenta el trompo de Sebastian Vettel, que le dejó medio minuto detrás de Verstappen, y el problema mecánico de Leclerc, posiblemente Sainz hubiese llegado al podio de haber mantenido su ritmo. Hay que tener en cuenta que Verstappen se quedó a rebufo del Ferrari, y no pudo adelantarlo únicamente porque el doble abandono de los Renault a dos vueltas del final provocó la salida del coche de seguridad.
Con Sainz yendo a un ritmo superior, o al menos similar al de Verstappen, pero por delante de él, es posible que hubiese podido pasar a Leclerc antes del Safety Car. Sí, es cierto que no sabemos si Sainz hubiese podido extrapolar a 57 vueltas el ritmo que mantuvo en 4, pero ahí está su compañero Lando Norris, que iba decimotercero cuando chocó Sainz y finalmente acabó sexto, con un gran ritmo.
Si es verdad que por ritmo Carlos Sainz lo podía haber conseguido, también es cierto que la realidad hubiese sido más dolorosa todavía. El propio Sainz explicaba después de la carrera que poco después del incidente comenzaron a tener problemas en la caja de cambios, lo que les hizo perder alrededor de un segundo por vuelta.
"No creo que hubiésemos terminado en los puntos, porque me ha fallado la caja de cambios durante toda la carrera. Me ha costado un segundo por vuelta. Si me hubiese puesto quinto y de repente hubiese tenido ese problema, habría sido más dramático", contaba Sainz una vez acabada la prueba.
Sobre la maniobra con Max Verstappen, el piloto madrileño explicaba que "he hecho todo lo que tenía que hacer y he intentado lo que tenía que intentar", y añadía que "con la leche que me ha dado lo normal es que pinchásemos los dos". Menos comedido se mostró en caliente por radio durante la carrera, cuando expresó que "es increíble lo de este tío". Hay que recordar que los comisarios investigaron el incidente, pero decidieron que Verstappen no merecía sanción por el mismo.
En cualquier caso, el paso al frente dado por McLaren es esperanzador. El MCL34 funciona y las mejoras introducidas en Sakhir, también. Poder aguantarle el ritmo al más rápido de los Red Bull es algo que no entraba en los planes ni del más optimista de Woking, pero ahora se ve como una posibilidad real. Además, esta semana Fernando Alonso podrá subirse al coche y dar una opinión cualificada de hacia donde evolucionar.
El siguiente paso para McLaren es comenzar a materializar esas buenas sensaciones en puntos, ya que Carlos Sainz todavía no ha podido puntuar, y Lando Norris tampoco lo hizo en Australia. La sexta posición del británico en Baréin son los únicos ocho puntos de McLaren en el mundial de constructores.
En busca del podio español número 100
De haber llegado el podio de Carlos Sainz en Baréin hubiese sido especial por muchos motivos. El primero, y más evidente, es que hubiese sido el primer podio del piloto madrileño en Fórmula 1. Sainz lleva 83 carreras en la categoría y todavía no ha conseguido ningún podio, lo que le coloca como el noveno clasificado histórico en esta particular clasificación.
Pero además, el podio de Carlos Sainz hubiese sido el podio número 100 de un piloto español en la Fórmula 1. A los 97 conseguidos por Fernando Alonso, hay que sumar el que consiguiera Alfonso de Portago con un Ferrari en Silverstone en 1956, y también el de Pedro de la Rosa en Hungría 2006, precisamente con McLaren. Todo apunta a que Sainz será el encargado de llegar a la mágica cifra de 100, y puede ser incluso este año.
También hubiese sido un hito para McLaren, el segundo equipo más laureado de la historia que se encuentra inmerso en una crisis galopante. De hecho el equipo inglés no consigue un podio desde el Gran Premio de Australia de 2014, cuando todavía usaban motores Mercedes y tanto Kevin Magnussen como Jenson Button subieron al cajón en segunda y tercera posición.
Más de cinco años después, McLaren busca volver a la senda de los podios y consolidarse como un equipo de la élite. Pero, a la vez, el equipo de Woking no pierde el ojo del nuevo reglamento de 2021, el que de verdad podría volverles a hacer ganadores. Perder ese tren sería descolgarse definitivamente de la Fórmula 1.