Venga, pongámonos serios. Azerbaiyán no es un país de los que más suenen a la hora de elegir destino turístico. No es el típico lugar idílico que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en un paraje para pasar nuestros días de descanso. Más aún, me atrevo a decir que hay miles de personas que no podrían siquiera situarlo en un mapa. ¿Europa o Asia? Ya, claro, nunca situarían algo tan recóndito en Europa.
Y ciertamente razón no les falta. Por mucho que este país participe en Eurovisión, con canciones más o menos aclamadas y que la Formula One Management (FOM) -los hombres de Bernie Ecclestone- le pongan al fin de semana el nombre de Gran Premio de Europa, la mayor parte de su territorio está en Asia, pese a quien le pese.
Pero esto no es cuestión de términos territoriales, tiene un objetivo mucho más marcado. Azerbaiyán ha tratado en los últimos años de abrirse al mundo. Para ello ha trabajado en su marca, centrándose especialmente en los patrocinios deportivos. Los seguidores del fútbol podrán recordar el "Azerbaijan. Land of fire" (Azerbaiyán. Tierra de fuego) en el centro de las camisetas del Atlético de Madrid allá por el año 2013.
Sin ir más lejos, este año, en los partidos de la Eurocopa se puede ver la misma publicidad destinada a que la gente visite esa tierra del fuego. Entonces, ¿por qué nos tendría que sorprender que quisieran tener una carrera de Fórmula 1 por sus calles?
La repercusión mediática de la Fórmula 1 es indiscutible y ésto, por supuesto, se traduce en ingresos y en una modernización de su imagen. A quién importa que las gradas estuviesen vacías, a quién importa que el motor no forme parte de la cultura del país. A los organizadores seguro que no, porque los ingresos vienen del exterior. No es una inversión hecha mirando hacia dentro del país, sino hacia fuera. Quieren atraer al turismo y quién sabe si a empresas que busquen nuevos mercados emergentes y con recursos como es el suyo.
Por el momento, tan solo viendo la carrera por televisión, lo que Azerbaiyán ha transmitido es que es una ciudad atractiva con un casco histórico bonito, con un castillo bastante interesante que no estaría mal para visitar y a su vez, moderna, con los rascacielos que trazan el skyline de la ciudad en forma de llama. Ha sido un documental de los lugares más emblemáticos de Bakú con unos coches de por medio que ayudan a que el espectador no cambie de canal.
Así pues, el trabajo ya está hecho. Con que millones de personas sepan ahora dónde está Azerbaiyán en el mapa y con que se hayan hecho una pequeña idea de lo que ciudad quiere ofrecer a los visitantes, el Gran Premio ya ha sido un éxito rotundo para la organización. Así que mientras Azerbaiyán pueda pagarlo y no se vea (más) afectada por la caída del precio del barril de petróleo, tendremos Gran Premio de Europa para largo.