Spyker F1 se lo ha ganado a pulso. Está demostrando que, junto con el caso particular de Vitantonio Liuzzi, que sólo ha pasado la bandera a cuadros una vez esta temporada, son la cola del pelotón de los torpes. Y no sólo eso. Necesitan dinero, lógicamente, y lo recaudan de la manera más fácil (y quizás única), que es metiendo en el equipo a Markus Winkelhock en el GP de Alemania, y ahora a Sakon Yamamoto.
Lo de Yamamoto es en parte normal. No está hecho al monoplaza, y no es especialmente brillante como piloto. Pero lo malo es que además rompe los coches, y eso cuesta una buena pasta. ¿Compensa realmente tener en nómina a un piloto que hace gasto en material y perjudica gravemente la imagen de todo coche que toca? Para mi es la gran espiral de desgracia de las escuderías con menos posibilidades tanto económicas como de potenciel competitivo. En un par de años comienzan a agonizar lentamente y al cabo de ese tiempo, alguna poderosa empresa se hace con la escudería, renombra y recolorea todo, y vuelta a empezar.
Sakon Yamamoto califica el último con diferencia, apenas está cinco vueltas en carrera, sin aparecer en televisión más que cuando se estrella y destroza el monoplaza. Para mi escasa preparación en economía, es pérdida total...
Foto | Peter J Fox / Crash Media Group > F1 Fanatic