Ayer era el día marcado en el calendario para que el nuevo monoplaza que protagonizará el próximo trienio de la GP2 (2008-2010) fuera probado oficialmente por todos los equipos en unas sesiones de test en Paul Ricard. Rápidamente, los pilotos se pusieron a rodar en tiempos similares a los marcados aquí el pasado mes de noviembre con el monoplaza anterior, y como dato anecdótico, el piloto que logró sacarle el máximo jugo a este nuevo monoplaza en el primer día fue el británico Ben Hanley, piloto de Campos Grand Prix, y debutante en la categoría de GP2.
El papel de los españoles fue destacado, con Adrián Vallés colocado con el 5º mejor registro al final del día, Javi Villa, 6º, y Andy Soucek 11º. Pero lo más importante de estas primeras vueltas: el nuevo monoplaza, mucho más trabajado aerodinámicamente, parece muy fiable, y ya es historia el problemático nacimiento del primer monoplaza GP2 que trajo de cabeza a todos los equipos de la categoría telonera de la Fórmula 1.
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