El accidente de Max Verstappen y Lewis Hamilton: una lucha por el relato que mancha la Fórmula 1 y humilla a la FIA

Esta es una historia de dos pilotos. Piloto A, de los A de toda la vida, acaba de defender su posición frente a su tocayo Piloto B saltándose una curva, por lo que los comisarios le han pedido que ceda la posición. Piloto A levanta el pie para dejar que Piloto B se ponga por delante, pero de repente encontramos unos movimientos algo extraños. Piloto B no quiere que sea ahí donde le dejen pasar.

Piloto B no solo no pasa a A, sino que frena, baja varias marchas y se coloca detrás de Piloto A. Aún así, el primero se mantiene imperturbable, sin tocar freno, acelerador o volante, pero Piloto B choca contra su parte trasera en lugar de, con un simple cambio de posición, ganar la posición. ¡Menudo lío en el que se ha metido este antideportivo Piloto A!

Hamilton ataca a Verstappen gracias a una oportuna relanzada tras un VSC

Si la temporada 2021 no fuese la más caliente de las últimas décadas en la Fórmula 1 y si Max Verstappen y Lewis Hamilton no fuesen enemigos acérrimos que están luchando por el título mundial a dos carreras del final, repartir culpas en la peculiar situación descrita brevemente en la entradilla de este texto no sería tan difícil. Pero esto no es una simulación por ordenador, o eso creemos. Aquí hay sentimientos.

Hasta el menos puesto en Fórmula 1 hubiese apostado a que Verstappen y Hamilton iban a volver a chocar en algún momento de la temporada, y probablemente la mayoría seguiríamos haciéndolo aún. Pero lo que ha pasado en el primer Gran Premio de Arabia Saudí de toda la historia trasciende al simple análisis de un incidente aislado, porque no lo es.

Max Verstappen ha estado sobre excitado. Ha bailado en la línea de la legalidad durante toda la carrera, y la ha excedido en dos ocasiones: en la segunda salida, forzando a Hamilton a salirse de pista y haciéndole perder la posición con Esteban Ocon, y en el intento de adelantamiento de Hamilton que ha deparado el incidente.

Todo empezó con un extraño Virtual Safety Car que la Michael Masi se sacó de la manga para recoger un trozo del coche de Sebastian Vettel. Extraño no por la decisión de sacarlo, sino por lo oportuno del mismo: neutralizó la lucha entre Verstappen y Hamilton en el primer sector, donde el Red Bull se escapaba, para relanzar en el tercer sector, donde la velocidad punta del Mercedes manda.

En cualquier caso, que nadie lea aquí una posible conspiración. La FIA simplemente da bandazos de ciego sin mucho tino, y unos minutos antes habían puesto a Verstappen líder de carrera por arte de magia sacando una bandera roja cuando los dos Mercedes ya habían parado a cambiar los neumáticos.

Hamilton atacó a Verstappen, el holandés quiso frenar muy tarde por dentro pero perdió el control del coche, se fue a la escapatoria y forzó a Hamilton a salirse también. Era una sanción de manual, Verstappen debía devolver la posición y, ¡oh milagro!, la FIA acertó ordenándole a hacerlo. Pero el holandés todavía tenía otro plan.

Hamilton ha reconocido que sabía que Verstappen le estaba dejando pasar

La intención de Verstappen fue muy clara: dejar pasar a Hamilton justo antes de la línea de detección del DRS. Así, el Mercedes pasaría delante pero Verstappen podría abrir el alerón trasero en la recta para intentar recuperar la posición. Devolver una posición en una curva de la que puedes sacar ventaja: una acción siempre polémica que a Hamilton ya le costó un disgusto en su día, en Spa 2008.

Lo que sucede a continuación no tiene explicación. Verstappen levanta el pie en la recta para dejarle pasar, pero Hamilton no le adelanta. Se queda detrás, frena y incluso baja varias marchas, algo que habrán podido escuchar si han tenido la fortuna de seguir la carrera en una retransmisión en la que los comentaristas y narradores se callen y piensen antes de hablar.

Hamilton se queda detrás de Verstappen, prácticamente parado, hasta el punto de golpear al Red Bull. Incomprensiblemente los dos coches quedaron intactos, pero llama la atención que a continuación nos encontramos una radio de Hamilton quejándose de un 'brake test' y una imagen de Toto Wolff colérico destrozando su garaje.

El relato ya estaba creado, y daba completamente igual lo que dijesen las imágenes y los sonidos. Todos éramos Toto Wolff, y Verstappen de repente se había convertido en el piloto más antideportivo de la historia de la Fórmula 1. Quizá si también hubiésemos sabido su opinión por la radio la avalancha no hubiese sido tal.

Pero una vez acabada la carrera, cuando los estómagos agradecidos ya se ven obligados a entrar en razón, aparecen los datos: la telemetría demuestra que en ningún momento hubo frenado o desaceleración brusca de Verstappen, las imágenes enseñan que había hueco de sobra para pasar y Hamilton ha destrozado el relato de Mercedes confesando que sabía que le estaban dejando pasar.

Y ahora la pregunta es... si Hamilton sabía que le estaban dejando pasar, si había hueco para pasar y si no solo no ha pasado sino que se ha estrellado con Verstappen, ¿se podría considerar eso una maniobra sancionable? Wolff estaba colérico tras el incidente, pero sus palabras se han ido calmando y ahora parece que es Red Bull quien quiere llevar esto hasta el final. Alguien ha chocado a propósito, y no ha sido Verstappen.

¿Y qué razones podría tener Hamilton, segundo del mundial, en chocarse contra Verstappen? Pues probablemente ninguna. O las mismas que tenía Sebastian Vettel para chocarse a propósito contra él mismo en Bakú en 2017: un calentón. Después de que Verstappen le adelantase por una bandera roja y de que le echase dos veces de pista, que ahora le quisiese dejar pasar cogiéndole el DRS era el último motivo para que Hamilton explotase.

El resultado al final ha sido el mismo que si Hamilton simplemente hubiese pasado a Verstappen, pero hasta del lío sale beneficiado: si se libra de sanción en Arabia Saudí, que parece que sí, habrá conseguido poner la lupa sobre Verstappen antes de una última carrera en la que un cero de ambos le daría el título. Ahora empieza la batalla por el relato entre Red Bull y Mercedes. Habrá más que palabras en Yas Marina.

A la FIA se le ha ido el mundial de las manos

Y en el fondo todo viene de Silverstone, la carrera en la que un duelo que estaba siendo duro se convirtió en un duelo violento. Aquel día la FIA permitió que Hamilton sacase mucha ventaja de cometer una infracción, y por lo tanto le dio a Red Bull y Verstappen una sensación de tener derecho a la venganza. Una venganza a 300 km/.

Ahora un mundial que debería ser el que vuelva a enamorar a unos aficionados muy hastiados de la era híbrida con la Fórmula 1 se ha convertido en una guerra sucia y desagradable. A la FIA se le ha ido el mundial de las manos y en Arabia Saudí han vuelto a lo mismo: sanción inútil de 10 segundos a Verstappen, que no afecta posición, y a otra cosa.

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