Antes de empezar, que nadie se llame a engaño porque la frase es mía, no de ninguno de los candidatos al título. Ahora, hoy sábado, me queda un día nada más para saber quién será el piloto que finalmente se lleve el campeonato del Mundo de Fórmula 1 2010. Así de largo será su título. Y si me espero más, ya sabremos si Fernando Alonso se convierte en tricampeón, o bien Mark Webber logra el broche de oro a su carrera, o bien si Sebastian Vettel gana su primer título desatando la polémica. O quién sabe, Lewis Hamilton nos mete en estado de shock convirtiéndose en bicampeón.
Es el mejor mundial de F1 que he tenido la suerte de vivir. Desde el primer día que recuerdo una imagen de una carrera, un borroso Niki Lauda en un cirucuito que ni siquiera recuerdo, se han vivido muchas emociones en este deporte. Pero llegar a la última carrera en condiciones de igualdad como las que tenemos hoy, nunca. No recuerdo un inicio de campeonato tan ilusionante, con cambios de líder; no recuerdo que el líder del campeonato se descolgase en un tramo del calendario para volverse a enganchar con posibilidades remotas en la última carrera (me refiero a Hamilton); no recuerdo que uno de los candidatos haya resurgido de las cenizas de los errores y mala suerte, prometiendo luchar hasta el final hace muchos meses y viendo cómo es líder a falta de un día.
Esta es la F1 de 2010, probablemente en 2011 no se repita y puede que nunca más lo haga. No es gracias a la reglamentación de la FIA aunque el sistema de puntuación ayuda (y cuántas veces lo reclamamos), no es gracias a las limitaciones aerodinámicas, o puede que un poco... No creo que haya mucha diferencia entre este campeonato y otros anteriores a nivel tecnológico porque cada año hay innovaciones que asumen todos los equipos de cabeza.
Es algo más, y a mi me gustaría que recordásemos este año, cada uno con su pilotos y equipo preferido, como el año de la F1 que emociona. Siempre han habido lios de reglamento, trampas, piques... llegué a pensar que la Formula 1 estaba perdida y nunca la recuperaríamos. Me equivoqué, y ¡menos mal! Ahora solo queda un día, y yo tengo muy claro quién quiero que gane el mundial. Quiero que haya un tricampeón del mundo más, y que sea el de casa. Pero siempre tendré claro que Fernando Alonso lucha hasta el final y eso le honra.