Estoy empezando a pillar un gripazo de esos de quedarse en cama un par de días con los ojos llorosos y la nariz como un pimiento; y al amigo Predator no se le ocurre mandarnos otra cosa mejor es esto, porque no hay otro apelativo para definir un engendro de este calibre.
Pero lo más flagrante es que el tipo este aún quiere venderlo. Como no lo regale de dote con su hija, no se lo quita de encima ni queriendo.
No se si el efecto de la pastilla que me acabo de tomar se volverá en contra mía después de ver esto…
No se sí mandar saludos a Predator o directamente mandarlo a él a la hoguera…
Vía | Jalopnik