Después de la buena acogida que ha tenido el Ford Puma, la marca del óvalo azul se ha atrevido con algo más picante. Se llama Ford Puma ST y por fin hemos podido conocer al SUV más atrevido en primera persona.
La receta es sencilla: se coge uno de los motores más interesantes de la gama Ford y se implanta bajo el capó del Puma. Así se crea el Ford Puma ST bajo el paraguas de Ford Performance, y el resultado es un SUV de aspecto atrevido y que promete mucho sobre el papel.
Ford Puma ST: más agresivo y muy verde
Conocimos al Ford Puma en 1997, pero con un concepto muy distinto al que se ha utilizado ahora. Entonces se lanzó al mercado como una derivación deportiva del Ford Fiesta: un pequeño biplaza de líneas deportivas que quiso plantar cara al Opel Tigra, nacido tres años antes en un mercado que acogía con agrado los coches aspiracionales.
En 2019 Ford nos sorprendió a todos al relanzar la denominación Puma, pero enrolada dentro de las filas de SUV de la marca. El resultado ha sido un nuevo SUV del segmento B con una imagen diferenciada y atractiva que ha sido muy bien recibida, a la que ahora se une una variante más prestacional.
Si el Puma ya es un coche de aspecto bastante dinámico para tratarse de un SUV, el Ford Puma ST añade una serie de aditamentos específicos que le hacen mejorar su presencia, y también su aerodinámica. Es más que un simple acabado estético más agresivo.
En la parte frontal el Puma ST estrena una nueva parrilla que además de estar acabada en negro brillante cuenta con un entramado más abierto para maximizar el paso de aire. Por debajo el paragolpes esculpe sus formas con un acento más deportivo y se remata en la parte inferior por un splitter con un 80% más de carga aerodinámica y la enseña de Ford Performance grabada.
Precisamente los elementos en negro brillante protagonizan el contraste sobre el color de carrocería, que en el Puma ST estrena el llamativo Verde Mean, quizá hasta demasiado intenso para este tipo de coche. El techo, los marcos de las ventanillas y las carcasas de los retrovisores se pintan en negro brillo.
El remate en la vista de perfil lo incluyen unos nuevos pasos de rueda un poco más grandes que alojan las nuevas llantas de aleación de 19 pulgadas calzadas de serie con neumáticos deportivos Michelin Pilot Sport 4S.
En la parte trasera, la guinda del pastel: alerón de techo también en negro, paragolpes que saca músculo, difusor integrado y doble salida de escape por el lateral derecho con válvula de escape. Pudimos escuchar el rugido del Puma ST, y suena poderoso, aunque Ford declara un 1 db menos de sonoridad que en el Fiesta ST.
Un toque de deportividad interior
Si pasamos al interior, el Ford Puma ST mantiene la misma propuesta que las variantes convencionales del Puma, aunque con ciertos cambios que nos permitirán diferenciarlo al primer vistazo.
El habitáculo recibe en la fila delantera una nueva pareja de asientos deportivos, en esta ocasión firmados por Recaro y estrenando un tapizado específico además de la preceptiva sujección lateral. Envolventes pero confortables. No son la única novedad de este modelo porque el volante también es nuevo, tapizado en piel y achatado por su parte inferior.
El pomo del cambio también es específico, esférico y cromado, mientras que las molduras y embellecedores adoptan en esta versión deportiva siguen siendo de plástico, pero con un acabado que intenta asemejarse a la fibra de carbono. Un efecto visual en pro de la contención de costes que no nos acaba de convencer, aunque no hay de perder de vista que estamos ante un coche generalista.
Por delante nos encontramos con un cuadro de mandos totalmente digital que viene de serie de 12 pulgadas, así como la pantalla táctil de 8 pulgadas que emerge del salpicadero y que nos da paso al sistema de infoentretenimiento de Ford con sus ya conocidas tonalidades azules.
Tecnológicamente el Puma ST está bien dotado, al contar con conectividad Apple CarPlay y Android Auto, control por voz SYNC 3, Ford Pass Connect, sistema de sonido B&O, plataforma de carga inalámbrica y una buena dosis de ayudas a la conducción.
De serie el Puma ST viene equipado con control de crucero, torque vectoring o avisador de cambio de carril. Las ayudas a la conducción avanzadas como el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril, el asistente de aparcamiento activo o el sistema de frenado automático habrá que pagarlas aparte.
Un Puma con 200 CV y 320 Nm de par, y más
Pero quizá lo más importante del Ford Puma ST es que debajo de su capó se esconde un motor inédito en la gama. Ford Performance ha tomado el motor del Fiesta ST que tan buen sabor de boca nos dejó cuando lo probamos y lo ha trasplantado en el Ford Puma ST para convertirlo en el felino más potente de su gama.
Se trata de un motor de 1.5 litros de gasolina de tres cilindros turboalimentado que, al igual que en el Fiesta, desarrolla una interesante potencia de 200 CV y 320 Nm de par motor. Al igual que en el utilitario deportivo, la fuerza se dirige únicamente a las ruedas delanteras a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. No puede equiparse con cambio automático.
Con estos argumentos, el Ford Puma ST puede acelerar de 0 a 100 km/h desde parado en 6,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h.
Y aún hay más, porque los cambios de Ford Performance no se han limitado exclusivamente a hacer un Puma más potente, también es el que mejor comportamiento tiene. El Puma ST estrena por primera vez en la categoría un diferencial delantero de deslizamiento limitado LSD que trabaja junto al control de par para maximizar la potencia a la salida de las curvas.
El chasis también ha sido modificado con nuevos soportes para el motor, barra de torsión un 40% más rígida que en el Fiesta ST, estabilizadoras de 28 mm detrás y 24 mm delante, suspensiones más duras y una puesta a punto específica de la dirección que es un 25% más directa.
Siguiendo con las modificaciones, el equipo de frenos se ha reforzado para parar con mayor contundencia a un conjunto que pesa 70 kg más que el Fiesta ST. Los discos de freno se han ampliado con un equipo de 325 mm delante y 271 mm detrás.
El motor se gestiona además a través de cuatro modos de conducción: Normal, Sport, Track y Eco. El modo Track es específico para circuito y nos permite desconectar las ayudas a la conducción, además de poder regular en tres modos de intervención el control electrónico de estabilidad, permitiendo cierto deslizamiento o desactivándolo por completo.
El modo Eco es la primera vez que aparece en un modelo ST, y junto con la desactivación de cilindros puede reducir el consumo del conjunto hasta homologar 6,8 litros a los 100 km y emitir 155 g/km de CO₂, todo según ciclo WLTP.
Ahora sólo nos falta ponernos a sus mandos para saber qué tal se comporta el Ford Puma ST. Seguramente no será tan divertido como el Ford Fiesta ST, pero tenemos muchas ganas de ponernos tras su volante, pues es una de las apuestas más interesantes dentro de la oferta de B-SUV.
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