Excepuando el Ferrari 599 GTB, el Ferrari California es probablemente el modelo más elegante que Ferrari ha sacado en los últimos tiempos. Razón de más para echarse a temblar al esuchar que Hamann ha metido su mano para intentar mejorarlo modificarlo.
Acabemos con esto cuanto antes. Lo diré claro: la preparación no está mal en general, en la línea de Hamann, con un alerón discutible pero hasta bonita. Salvo un detalle: el frontal. Cadena perpétua, sin juicio ni jurado, está decidido.
Ese faldoncillo, mezcla de tuning de barrio y estilo deportivo alemán, sería conmutable por trabajos para la comunidad. Pero la entrada de aire en el capó está tipificada en el código penal como Dolorpasión, con el agravante de ser un Ferrari.
Como decía, lo más curioso es que el resto de la preparación de Hamann para el Ferrari California es razonablemente respuetuosa con el espíritu de Ferrari. Bastante embrutecida y con un alerón discutible, pero bastante maja.
En el apartado técnico hay dos líneas de actuación principales: la aerodinámica y la mejora del 4.3 V8. No especifican un aumento de potencia concreto (de serie cuenta con *460 CV), pero gracias a la nueva gestión de la electrónica y a un nuevo sistema de escape deportivo afirman mejorar su rendimiento en un 20%.
El detalle más llamativo en su perfil son las llantas de 21 pulgadas con neumáticos 245/30ZR21 delante y 345/25ZR21 detrás, combinadas con una suspensión rebajada respecto al modelo de serie.
¿Le concederíamos la libertad condicional al Ferrari California preparado por Hamann? ¿Es su crimen más o menos cruel que el le hizo al Ferrari 599 GTB? ¿Y mejor o peor que la preparación de Edo Competition?
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