La industria del automóvil se dirige hacia un futuro que lo cambiará todo y en cual, el conductor de toda la vida será cosa del pasado. Lo estamos viendo día tras días a través de los diferentes proyectos que tienen los fabricantes en marcha. Todo apunta hacia la electrificación total, ya sea mediante baterías o por pila de combustible, y hacia la autonomía de conducción en pos de reducir drásticamente los fallecidos en accidentes de tráfico, mientras se logra automóviles más eficientes en todos los sentidos.
Es un futuro que no gusta a todo el mundo, no cabe duda que los más fanáticos del automóvil estarán totalmente en contra, aunque no debemos olvidar las ventajas que tiene un coche autónomo y además, eléctrico. Pero queda mucho para ello, el coche autónomo es el futuro lejano a pesar de los asistentes que incorporan actualmente los vehículos modernos. Sistemas, por cierto, que funcionan muy bien siempre que se siga las recomendaciones del fabricante, como en el caso del control de crucero inteligente de Toyota, el cual hemos puesto muchas a veces a prueba en diferentes modelos y siempre ha sido una experiencia interesante y agradable.
Pero, desde multitud de sectores, se apunta sí o sí a la automatización de la conducción y se invierten enormes sumas de dinero para su desarrollo. Un trabajo que requiere de dedicación, conocimientos y soluciones la mar de llamativas como la empleada por Toyota en uno de sus prototipos con sistema de conducción autónoma, que consiste en la incorporación de un segundo volante en el lado del acompañante. Volante y todo lo necesario para conducir, como es el pedalier o la instrumentación.
¿Para qué sirven los dos volantes?
Hablar de un prototipo de coche autónomo y decir que tiene dos volantes va un poco en contra de lo que se espera. Si el coche circula solo, ¿por qué un segundo volante? Se entiende que mantener el volante del conductor es por su condición de ‘coche-estudio’ y por la regulación actual, que no permite una conducción 100% autónoma, pero el segundo volante parece más una broma que algo útil. Pero todo lo contrario, la marca japonesa tienen motivos para colocarlo y es la seguridad.
Sobre la base de un Lexus LS, se ha instalado una serie de sistemas y dispositivos para poner a prueba las funciones de inteligencia artificial que controla la conducción autónoma. El objetivo de Toyota con esta forma de actuar se centra en probar métodos eficaces para transferir el control de la situación entre el conductor y la IA, mientras se desarrollan algoritmos de aprendizaje para el sistema autónomo. La mejor forma de desarrollar un dispositivo como este, es enseñar cómo actúa un conductor convencional.
Así, a los mandos que incluye el coche de forma estándar, es decir, en el puesto de conducción de toda la vida, se coloca un ingeniero de la marca que recopila datos sobre el funcionamiento y experimentará con la conducción autónoma donde sea posible, pues Toyota cuenta con un permiso para conducción autónoma de nivel 4 para circular con el prototipo a excepción de vías en poblado y carreteras interestatales (las pruebas se realizan en Estados Unidos). Mientras tanto, en el asiento del acompañante, frente al segundo puesto de control, se acomoda un conductor profesional y experimentado, que tomará el control en casos de errores de la IA y en casos de peligro.
La colocación de dos volantes para el desarrollo de los sistemas de conducción autónoma no es exclusivo de Toyota, hay otras marcas que también han recurrido a esta idea, aunque Toyota fue la primera en instalar esta forma de trabajar.
Guardian, chófer y el sistema LiDAR
El sistema de conducción autónoma de Toyota incorpora un sistema LiDAR de alta fidelidad suministrado por Luminar. Dicho LiDAR (Light Detection and Ranging) tiene un campo de visión configurable y trabaja junto a diversos sensores y radares. Un equipo que monitorea los diversos sistemas del coche, al igual que los alrededores del mismo y todo lo que ocurre delante, centrando la atención en los apartados más importantes cuando sea necesario.
Tiene dos modos de funcionamiento: Guardián y Chófer. El primer modo de funcionamiento deja el control del vehículo al conductor, pero la inteligencia artificial se mantiene alerta funcionando en segundo plano para detectar posibles riesgos y actuar si fuera necesario. Esta función se está probando porque, cuando un conductor se acostumbra al modo autónomo, puede no estar lo suficientemente alerta para hacerse cargo del control del vehículo. El segundo modo de actuación es la conducción 100% autónoma de nivel 4 o nivel 5 y, como cabe esperar, no requiere de la acción de los ocupantes para desplazarse.
Imágenes | Toyota