Sabía que el Corvette era rápido de narices en el 0-100, ¡pero no lo había probado! Tenía que hacerlo. En la incorporación en la carretera, pasé un ceda y me paré. A lo lejos, venía una furgoneta blanca (risas aparte), pero había sitio de sobra. Palanca en posición Sport y pisada a fondo. ¡¡Broooooom!! Primero un coletazo a derecha, después a izquierda: resultado, línea recta ¡¡qué forma de acelerar!! Ya estaba a 100 Km/h, había sido un lapso cortísimo (4,4s según ficha).
La furgoneta desapareció del retrovisor. Tenía que andarme con cuidado, el cambio automático era muy bueno, y cualquier demanda al acelerador era una entrega instantánea de potencia americana. La carretera hacia Castellet te permitía adelantar en casi cualquier parte, curvas inclusive. Los adelantamientos había que hacerlos con muchísimo tacto.
Cuando tuve mi oportunidad, le pisé a fondo, se lanzó, y por el rabillo del ojo leo “Control de vitesse, 90 Km/h”, ¡genial! Un puto radar justo cuando adelanto. Solté el pedal de golpe, el velocímetro marcaba 91 Km/h y me libré de la multa por los pelos.
Ya en población, me di cuenta que podía retirar el techo duro y colocarlo en el maletero. Me abrigué más y me puse la cazadora. Hacía frío pero me la traía floj… Probé otra aceleración desde parado, ¡era un subidón brutal! Con las ventanillas subidas, se formaban turbulencias incómodas, así que lo suyo era bajarlas. El ruido bajaba mucho, pero entraba frío y con el pelo corto, se me estaban enfriando las ideas. Aun con los asientos calefactados y el aire caliente, no podría resistir eso por la autopista.
Hasta entonces, disfruté de cada curva, de cada recta, todo a velocidad normal, había tráfico. Quería disfrutar hasta el fin esa experiencia mágica, no era necesario correr. No encendí la radio, ya tenía buena música. Me estaba sorprendiendo lo bajo de vueltas que iba el motor, en autopista también, ¡menos de 2.000 RPM a 135 Km/h! Se puede entender… le sobra par.
En el primer peaje, puse de nuevo el techo. Probé otra vez el 0-100 (american way of leaving tolls) y después puse el regulador de velocidad a 135 Km/h y disfruté a fondo del viaje. Era bastante cómodo, aunque la suspensión es dura, apenas se nota. Sonoridad fundamentalmente aerodinámica, para nada molesta, el motor ronroneando de fondo en 6ª velocidad y un placer de conducción supremo.
Salí de la autopista y volví por una ruta que hice en sentido contrario con el Saab 9-3 Aero XWD, un festival de curvas abiertas y vistas de ensueño. Cuando pude deshacerme del tráfico de forma segura, le di un par de pisotones con el cambio secuencial. Se subía de marcha con los pulgares y se reducía con las levas, un sistema que no me pareció intuitivo. Los cambios eran rápidos, pero confundía el “+” con el “-” y volví al automático. No tiene manejo secuencial con palanca, sólo levas.
Menos mal que pude apretarle en circuito, por que en carretera no se le puede exprimir de forma segura, acelera muy rápido y el asfalto es diferente, mas el detallito de que en carretera hay 1 metro de escapatoria, no decenas y decenas (eso sin hablar de la gente, claro). Además, cuanto más rápido, menos iba a durarme el coche… pensaba que iban a tener que sacarme a mamporros…
Dentro de Marsella, el tráfico leeeeeeeeeeeeento y la multitud de semáforos me estaban aburriendo sobremanera. La “prueba” ya había terminado, sólo me quedaba disfrutar del motor un poco más en cada salida de semáforo, pero ya de forma civilizada y eso. A poca distancia del hotel, puse un poco la radio, y se me puso una canción que el Neng llamaría “bajón” y empecé a deprimirme. Mi organismo echaba de menos sensaciones…
Menos mal que el recorrido por la zona costera tenía unas vistas preciosas con las que pude disfrutar de un momento único. Un recuerdo para toda la vida. El día que probé 4-5 Corvettes, y eso que lo de los Saab estuvo antes. Llega a ser al revés y no hubiese sido lo mismo. Cuando llegué al hotel, fui valiente y no miré hacia atrás. Tenía algo de tiempo para escribir la prueba de Saab y luego una conferencia de prensa. Aún queda por contaros una prueba más…