Con el precio medio que tienen los vehículos actualmente en mercados como el nuestro, muchos conductores optan por comprar un coche de ocasión como alternativa, pues entre otras cosas son más baratos y no hay que esperar durante meses para disfrutarlos.
Así, el mercado del coche de segunda mano está en pleno auge y las opciones se multiplican. Pero antes de lanzarse a comprar, además de los aspectos a tener en cuenta para evitar estafas, hay algunos puntos clave a revisar para minimizar los posibles riesgos. Los repasamos.
Ojo a los elementos de seguridad y a los posibles vicios ocultos
Comprar un coche de segunda mano, ya sea eléctrico o no, ha de ser una decisión meditada, pues hay que valorar aspectos importantes como el uso que ha recibido el vehículo durante sus años de vida, así como el estado general de mantenimiento en el que se encuentra tanto a nivel estético como mecánico, etc. La seguridad siempre ha de ser lo primero.
Por eso, por norma general y siempre que sea posible, aconsejamos comprar en concesionarios oficiales. Todas las grandes marcas tienen una selección de coches usados, que aunque generalmente tienen un precio medio algo superior al de los particulares, a menudo han sido revisados en servicio oficial, incluyen garantía y no hay riesgo de estafa.
Cuando no sea posible, antes de comprar un coche de segunda mano a un particular no solo hemos de fijarnos en que el vehículo en cuestión cuente con información transparente (se debe ofrecer el kilometraje real, las revisiones que se han realizado y cuándo, si se ha visto involucrado o no en algún accidente…) y estar en perfectas condiciones de seguridad.
Hay otros puntos clave, que Norauto resume en diez y que conviene recordar, sobre todo a aquellos compradores con menos experiencia en el mercado de segunda mano:
1. Documentación en vigor: el permiso de circulación y la tarjeta de la ITV o ficha técnica tienen que estar en regla, de forma que se acredite que el vehículo está en condiciones para circular. Además, desde 2015 los permisos de circulación incluyen tanto el kilometraje del vehículo como la vigencia exacta de la ITV.
Ante la menor duda, además se pueden solicitar los datos técnicos y administrativos del vehículo a la Dirección General de Tráfico para saber si tiene la ITV al día, o para verificar si tiene o no alguna carga de naturaleza administrativa o judicial (el informe puede ser gratis o conllevar algún coste, según la información que solicitemos).
2. Libro de mantenimiento: se debe comprobar que se han ido realizando las revisiones que estipula el fabricante, lo que se puede consultar en el libro de mantenimiento del vehículo.
3. Revisión externa: lo suyo es comprobar el estado general del coche, verificar que no tiene golpes importantes de chapa que puedan ocultar problemas más graves y asegurarse de que los neumáticos están en buenas condiciones.
4. Revisión general del habitáculo: además de verificar que la tapicería y asientos estén bien, no hay que olvidar echar un vistazo general para comprobar si los elementos como los cinturones de seguridad y sus anclajes están en buen estado, si funcionan o no los mandos y botones, la palanca de cambios, etc.
5. Probar el coche para detectar anomalías. No aconsejamos comprar ningún coche, ya sea nuevo, o de segunda mano sin probarlo antes. Hay que prestar especial atención a si encontramos o no testigos de averías que no se apaguen, y a cualquier ruido o vibración que podamos detectar.
¿Le cuesta acelerar o frenar más de lo normal? ¿No entran bien las marchas? ¿Va bien el volante? Cuidado: ante la menor duda, lo mejor es pedir una revisión a un profesional.
6. Mejor, revisarlo en un taller. Además de probar el coche para ver qué sensaciones nos transmite, y tengamos más o menos nociones de mecánica, consideramos imprescindible acudir a un taller mecánico a hacer una revisión general del coche para curarnos en salud.
Además de comprobar elementos como suspensión, neumáticos, batería, motor, sistema de frenado, etc., en estas revisiones se utiliza una máquina de diagnosis profesional que puede detectar averías eléctricas que haya registrado el propio vehículo como pueden ser problemas con el airbag, el ESP o el ABS.
7. Verificar que el coche cubre nuestras necesidades. Puede parecer una perogrullada, pero antes de comprar un coche de segunda mano es importante tener claro que cumple con lo que necesitamos.
Por poner ejemplos, si hay niños, tendrá que disponer del sistema Isofix para poder poner con seguridad los sistemas de retención infantil pertinentes; si lo queremos para movernos por ciudad, tendrá que tener la etiqueta adecuada para moverse por las ZBE, etc.
8. Avería detectada: puede que el coche nos guste y que cumpla con lo que necesitamos, pero ¿qué pasa si tiene alguna avería? Es importante determinar la gravedad de la misma, el coste y el tiempo de reparación por si nos merece o no la pena.
Por ejemplo, si hay dificultad para meter la marcha, bloqueo o ruido, una sensación de que la marcha patina o una aceleración pobre, puede deberse a la caja de cambios. Su sustitución tiene un coste elevado y puede llevar 9 horas de trabajo en el taller.
9. Previsión de gastos: a medida que los coches van cumpliendo años, requieren un mantenimiento determinado. Por ejemplo, si el coche que queremos comprar en lugar de llevar cadena de distribución lleva correa, esta se suele cambiar entre los 60.000 y los 240.000 kilómetros o entre los 5 y 10 años (según el fabricante y el modelo) y suele suponer un coste extra que hay que tener en cuenta a la hora de negociar el precio de venta.
10. Cuidado con la garantía: siempre debemos consultar y tener clara la garantía que se ofrece antes de comprar un vehículo de segunda mano. Si el coche es adquirido en un concesionario u otra empresa dedicada a los vehículos de ocasión, la garantía mínima que se otorga es de un año(aunque hay muchas compañías que la amplían).
En este punto conviene recordar que si compramos el coche de segunda mano a un particular, tenemos seis meses desde que nos lo entrega para detectar desperfectos o vicios ocultos (averías que no son visibles a primera vista) para que nos entre en garantía.
Por ello, es muy importante que si no hemos llevado el coche a un taller para revisarlo más en profundidad antes de comprarlo, lo hagamos inmediatamente después, y así si se detectan estas posibles averías estaremos en plazo para poder reclamarlo.