Renault Mégane Coupé 1.5 dCi 105, prueba (parte 2)

El motor analizado es uno de los más recomendables de la gama, el turbodiesel dCi de 105 CV. Con este motor el Mégane Coupé declara un consumo de sólo 4,5 l/100 km, por lo cual no paga impuesto de matriculación.

Está dentro de la lista de coches “impuesto cero” a la que se han sumado multitud de compactos en los últimos meses. ¿Será el Mégane Coupé capaz de sorprenderos? Para saberlo hay que continuar leyendo…

Conducción y dinámica

Este motor de 1.461 cm³ tiene un rendimiento bueno, su par máximo es de 240 Nm a 2.000 RPM, sólo 10 Nm menos que el mítico 1.9 TDI del grupo Volkswagen. Está asociado a un cambio de seis velocidades con tracción delantera, como es habitual en los compactos europeos. Para la mayoría de necesidades es un motor más que suficiente.

Su aceleración y capacidad de recuperar no va a sorprender a nadie. 0-100 en casi 11 segundos y una punta de 190 km/h son sus principales cifras, con un peso de 1.280 kg para esta versión. Tiene chispa como para ser divertido, pero que nadie espere emociones fuertes con esta relación peso/potencia.

La diversión va por otro lado, y es que el Mégane Coupé tiene una puesta a punto más contundente que su versión 5 puertas. Los amortiguadores van más duros, oponen más resistencia a la compresión y extensión, lo cual mejora el comportamiento dinámico en leve detrimento del confort. No tiene nada que ver con el Mégane II, que pecaba de tener un tacto de suspensión blando.

He probado el coche en carreteras ratoneras con curvas cerradas y quedé sorprendido por lo bien que se agarra y la aceleración lateral que se puede llegar a percibir sin que salga de los neumáticos el menor chirrido. De hecho, sentí que se me acababa el motor antes de acercarme al límite del coche, ya fue simplemente era la prudencia la que me impidió ir más lejos.

No veo tendencias claras al subviraje ni al sobreviraje, el control de estabilidad funciona a la perfección enderezando al coche sólo cuando hace falta, no antes. Se puede (aunque no se debe) circular rápido y con cabeza en determinadas carreteras secundarias con trazado ratonero de forma relativamente segura, sobre todo con esta potencia. El motor está por debajo de las posibilidades del coche.

Ahora el Mégane puede tutear a modelos como Golf, Focus, León… incluso al Scirocco. Es muy fácil de conducir incluso en alguna que otra situación apurada, aunque habrá que conductores echarán de menos un comportamiento un poco más juguetón. Las sensaciones se perciben mucho mejor ya que por fin cambiaron la dirección asistida del Mégane II, muy artificial e imprecisa, que cortaba el rollo.

No obstante, sigue habiendo modelos con mejor tacto de dirección, pero la mejora está ahí. Lástima que el tacto del aro del volante no sea tan bueno, el de cuero es rugoso y áspero, y resbala un poco cuando se hace el bayetazo. Prefiero cien veces el cuero que lleva el volante del Chevrolet Kalos, por poner un ejemplo.

Con el nuevo puesto de conducción es fácil encontrar una postura baja y cómoda para disfrutar más de la carretera. El Mégane II en comparación queda un poco afurgonetado, la diferencia es notable. Por la diferente puesta a punto, resulta más atractivo en comportamiento que la versión 5 puertas. Como ya he dicho, no es un simple “3 puertas”.

El tacto del cambio sigue fiel al estilo Renault, pero diría que es más agradable de accionar que el del Mégane II y la mayoría de Renault modernos. Los pedales permiten tanto una conducción de lo más asequible para novatos (al menos en diesel) como la realización del punta-tacón. Los pedales de aluminio no están disponibles de serie ni opcionalmente, y no salen en la lista de accesorios.

En autovía y autopista disfrutamos de una sonoridad aerodinámica relativamente baja, la sensación de velocidad es inferior a la habitual, y hay que tener cuidado con las multas. El velocímetro es bastante preciso y prácticamente marca la misma velocidad que el GPS, 2-3 km/h por debajo de la real. Se nota más que en otros modelos cuando se pisan juntas de asfalto o firmes de peor calidad.

Por último, la parte más rollo: la del consumo. Nada más cogerlo, circulando por la M-30 desde la N-I hasta el sur y con el limitador a 90 km/h el consumo bajaba con frecuencia de 4 l/100 km, me daba la sensación de que iba a ser terriblemente austero. Con el paso de los kilómetros eso no ha resultado ser cierto, la media total ha sido de 5,3-5,8 l/100 km a una media de 68 km/h en 436 kilómetros.

El consumo más alto que obtuve fueron 8,5 l/100 km en carretera de montaña empezando con el motor en frío, no me parece elevado. La autovía le penaliza los consumos a pesar de tener una sexta marcha larga. No hay que buscar mucho para encontrar rivales de su potencia que van más desahogados, aunque este recupera mejor sin necesidad de cambiar.

Para conseguir una media real de 4,5 l/100 km no hay que hacer mucha autovía, pues aun respetando escrupulosamente las limitaciones de 100-120 km/h con ayuda del limitador de serie no me acerqué a esos valores. Casi siempre he ido por encima de 5 litros, aunque hay que destacar que mi unidad de pruebas tenía 4.000 km en total.

A diferencia de modelos como el Volkswagen Golf V Bluemotion, el consumo obtenido es superior al esperado, incluso en conducción eficiente. Ha salido muy beneficiado del ciclo de homologación, achaco la diferencia a las ruedas (17’’ deportivas), kilometraje y desarrollo de las marchas. La autonomía está entre 1.000 y 1.200 km, fundamentalmente por contar con un depósito muy grande, 60 litros.

A modo de resumen, quien antes no se había planteado ni harto de vino comprarse un Mégane por el comportamiento (dejo ahora las cuestiones estéticas al margen), debe plantearse este modelo. Ahora es uno más a tener en cuenta dentro de los compactos más marchosos, aunque sea más bien por una cuestión de comportamiento que por motores, pues de momento no son demasiado prestacionales.

Me uno a los que creen que el Mégane RS va a ser todo un tema, sobre todo considerando que su predecesor, convenientemente puesto a punto, es uno de los mejores compactos de tracción delantera del mercado en su rango de potencia. Pues ya me ha dejado los dientes largos, si este va sobre raíles…

En MotorPasión | Renault Mégane CoupéParte 1, Parte 3 y Parte 4

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