Saab necesita reinventarse. Hacer borrón y marca nueva, ahora que Spyker ha garantizado su futuro. Es una de esas marcas que destilan personalidad, pero que como las personas con carácter, a veces tienen dificultades para evolucionar.
Y es que desde el mítico Saab 900, la marca no ha conseguido un nuevo éxito comparable (a la espera de lo que el 9-5 pueda hacer). Esta es la historia de muchos otros, que necesitaron en su día renacer. Algunas, como Jaguar, parecen haberlo conseguido; otras como Rover son ya parte del pasado.
El encargado de la salvación se llama Jason Castriota, un diseñador italoamericano con participación en proyectos tan impresionantes como el Ferrari 599 GTB o el Maserati Gran Turismo. La idea: conseguir para 2012 un 9-3 capaz de plantarle cara al Audi A3. (Pretenden robarle clientes al alemán por situarse en el mismo rango de precio, aunque pertenezcan a segmentos diferentes).
Algunos de los argumentos para el nuevo modelo son tomar prestada tecnología del 9-5, motores de origen BMW (se habla de un posible acuerdo que llevara el propulsor del MINI Cooper S de 1.6 litros turboalimentado a la berlina sueca) y novedades como un cambio de doble embrague. Por supuesto continúan la política de sobrealimentación y tracción integral.
Muchos avances en la ficha técnica, pero, y aquí es dónde entra el futuro diseño de Castriota, un Saab se compra con el corazón. Te conquistan el ambiente aeronaútico y la consola orientada al conductor, pero te convencen sus líneas. Esperemos volver a ver rodando por nuestras carreteras a un sucesor a la altura de la historia de la marca.
Vía | Autocar En Motorpasión | Saab 9-3 V6 XWD y TTiD Aero, prueba (parte 1)