¿Quieres un coche de GNC? Te interesa saber esto sobre los gastos en mantenimiento y averías

En la primera parte de este artículo sobre el GNC explicamos qué es el gas natural comprimido para automóviles, qué ventajas aporta, qué diferencias hay entre GNC y GLP (ambos son gas, pero no el mismo gas) y qué sucede con la ITV o los aparcamientos cerrados.

Hoy ampliamos el tema hablando del mantenimiento y revisiones que requiere un coche que usa GNC, y de las posibles averías específicas que podrían producirse.

Mantenimiento de un vehículo a gas natural comprimido

Normalmente el plazo para las revisiones periódicas de un coche a GNC es el mismo que para un coche de gasolina, dependerá de cada modelo, pero será alrededor de cada 15.000 o 20.000 km. El aceite del motor y el filtro de aire de admisión deben sustituirse puntualmente. Hay un filtro de gas que también debe sustituirse (cada 90.000 km normalmente).

Cada cuatro años (regulación europea ECE R 110) es necesario una revisión del tanque y de las conducciones de gas conforme al reglamento, es importante que no haya fugas y que las válvulas de seguridad funcionen perfectamente.

Los tanques de acumulación de GNC en los automóviles son quizás el punto más delicado. Al estar sometidos a una presión alta (200 bares), y verse sometidos a cambios de presión por descarga y carga, o cambios de temperatura, sufren más fatiga y es importante tener presente que tienen fecha de caducidad.

Este es un tema que en otros países han tenido que afrontar antes que en Europa, caso por ejemplo de los EE.UU. En pocas palabras hay que decir que la vida útil de los tanques depende de la homologación y norma bajo la que se fabricaron. El mejor consejo que podemos dar es que quien se compre un coche a GNC pregunte por la caducidad del tanque, así, tal cual.

En Europa la regulación ECE R 110 especifica que los tanques de acumulación de GNC en automóviles tendrán una vida útil máxima de 20 años. Si los tanques se homologaron antes de esta norma, tendrán una vida útil máxima de 15 años, y en última instancia conforme a la homologación que realizara el fabricante en su día, que depende del material y construcción del tanque (podría ser menor, cuidado). El plazo se cuenta desde la entrada en servicio del tanque.

Estos valores de vida útil son similares a los que hay en EE.UU., allí los modelos más antiguos tienen tanques de 15 años, pero se fueron cambiando las condiciones y exigencias de la homologación y se pasó a 20 años, y con la última norma a 25 años (obviamente una vida útil mayor implica mayores exigencias de fabricación, calidad y seguridad, que permitan tener esa mayor longevidad).

Es decir, que el tanque en principio y para la mayoría de usuarios, tendrá una vida útil igual a la del propio coche, y que en revisiones se gasta algo más que en un coche de gasolina (un poco más), pero queda más que compensado con el muy inferior coste de uso (como dijimos en la primera parte, no llega a los 4 euros a los 100 km).

Posibles averías

El gas natural es un combustible más limpio que la gasolina, y su combustión se realiza de manera muy completa, así que deja menos depósitos en inyectores y válvulas, por lo que el motor se mantiene limpio de manera natural, y se minimizan los problemas de obstrucción en los inyectores.

Además el índice de octano del GNC es de alrededor de 115, con lo que la autodetonación es menor, que no solo aporta la ventaja de un menor ruido y vibraciones, sino que se reduce el picado de biela. Así que en general la vida útil del motor se alarga gracias al GNC.

La única avería específica que podría producirse, aunque es poco probable, es el resecado de válvulas y problemas en el asiento de las mismas, debido al propio combustible y a que la combustión se produce a una temperatura más alta que con la gasolina. En principio no hay que preocuparse de ello en los coches que vienen ya preparados de fábrica para usar GNC.

Cuando se utiliza muy frecuentemente el motor con temperaturas de funcionamiento muy frías, por ejemplo en climas con inviernos muy fríos y trayectos muy cortos donde no dé tiempo a que el motor se caliente, pueden producirse depósitos blancos o amarillos en los cilindros, los pistones, las válvulas y el escape.

En principio este inconveniente se palía consumiendo gasolina cuando el motor está muy frío. Es importante velar porque el termostato del sistema de refrigeración del motor funcione correctamente.

Se suele recomendar utilizar un aceite formulado específicamente para GNC en los motores más antiguos que se han adaptado para usar GNC o utilizar un aditivo específico. En última instancia, el posible problema con las válvulas y su asiento, es más bien un problema que podría aparecer en algunas conversiones realizadas a posteriori, en motores antiguos que no estaban pensados para gas.

Una mala calibración de la centralita también puede dar lugar a problemas con las válvulas, por ejemplo no es conveniente someter al motor a un régimen de trabajo con mezcla pobre, pues se tiene una combustión lenta y la cámara y válvulas se exponen a más temperatura y esto puede causar que se "requemen" o incluso deformen. Un incorrecto mantenimiento del motor también puede conducir a este tipo de problemas.

Fuera del motor, en el circuito de gas, si llegara el caso podría ser necesario, aunque es poco habitual, tener que sustituir algunas juntas o alguna válvula del circuito de gas. En general no suele haber más averías que las normales de cualquier coche con motor de gasolina.

Continuará...

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