¿Es el Tesla Model S el símbolo de una nueva generación de coches? Sí

Un símbolo debería ser algo en lo que fijarse, una referencia, algo que represente ciertos valores, y que sirva de ejemplo para marcarse unos objetivos e intentar lograrlos. ¿Es el Tesla Model S el símbolo de una nueva generación de coches? Diría que sí, pero igualmente razonable sería opinar lo contrario (sí, va a ser este un con algún matiz).

El Tesla Model S es un coche eléctrico, y ahí es donde radica el doble filo de tal afirmación. Yo, que tengo el placer de haber conducido cada vez más coches eléctricos, no voy a ocultar que estos me gustan cada vez más, y que creo sinceramente que el coche eléctrico deberá estar presente con papel protagonista (o puede que más bien coprotagonista) en la nueva generación de coches.

Y ahora mismo entre los coches eléctricos a la venta, el Tesla Model S es el que está a la vanguardia. No porque sea el mejor, valoración esta siempre complicada, pues para empezar habría que definir mejor en qué aspectos, y porque puestos a pensar en coches eléctricos, alguno hay todavía más potente o rápido (si nos basáramos en potencia, por ejemplo).

Ahora mismo el Tesla Model S es 'El deseado'

La cuestión es que el Tesla Model S consigue amalgamar una serie de cualidades que lo hacen ahora mismo envidiable.

Desde luego el diseño, pues es un coche que gusta, bonito y de calidad; sin duda las prestaciones, porque es un coche muy rápido que entierra en el pasado aquella idea de que un coche eléctrico es un coche lento; por supuesto por ser el coche eléctrico a la venta con más autonomía, hasta 500 km (NEDC); y también por tecnología, por atreverse a colocar una enorme consola táctil a color y por disponer de la recarga ultra-rápida y hasta de cambio rápido de batería.

Ahora bien, el Tesla Model S ha jugado con ventaja para conseguir aunar todo en un mismo coche: el precio no era un problema. Si pensamos que estamos hablando de un coche de más de 72.600 euros (375 km de autonomía), o de 83.575 euros (500 km de autonomía), impuestos incluidos y sin descuentos ni ayudas, desde luego que no podemos decir que sea el coche ideal, ese que además de estupendo fuera asequible para la mayoría de la población, ya que se trata más bien de un coche solo para algunos.

Y ojo que tal y como os contamos en la parte final de la prueba, en el fondo, si comparamos el Tesla Model S con los modelos con los que hay que compararlo (por tamaño, por lujo, por prestaciones), no resulta tan caro, incluso puede ser algo más barato que alguna alternativa y desde luego tiene un coste por kilómetro mucho menor.

Meditando sobre el precio, uno ve más razonable que un coche eléctrico asequible (que no digo tampoco barato, porque la tecnología todavía no lo es) tenga que conformarse con una autonomía de alrededor de los 200 km. Un Renault ZOE por ejemplo, estimando la batería en propiedad (pongamos 5.900 euros, como la del Nissan LEAF), vendría a costar unos 27.150 euros (sin descuentos, ni ayudas), bastante menos que el Tesla, pero todavía mucho dinero para ser un utilitario (muy digno, pero utilitario).

El coche eléctrico es calidad y refinamiento

Defiendo el Tesla Model S como vanguardia de una nueva generación de coches, como defiendo que los coches eléctricos son ya parte de esa nueva generación.

Los coches eléctricos demuestran ser a día de hoy, no promesas para mañana, coches de verdad, completamente funcionales. Son coches que se pueden usar para el día a día, para ir al trabajo, moverse por la ciudad, ir de compras, trasladarse a una ciudad vecina dentro de la provincia, y todo lo que hacemos cotidianamente (aunque en general, no, no permiten hacer viajes largos). Y lo hacen además con una gran calidad de rodadura y confort, reservada a coches caros y premium, con seguridad y con todo lo que tiene cualquier otro coche.

Un coche eléctrico es un coche muy silencioso, que no tiene cambio de marcas, muy suave, refinado, sin vibraciones ni tirones. Y a la vez es un coche enérgico, ágil y rápido. El motor responde desde cero vueltas, no hay demoras en la respuesta y la potencia está siempre ahí bajo nuestro pie derecho. Os invito a conducir un coche eléctrico y confirmar que su conducción es realmente agradable y satisfactoria.

Los coches eléctricos son necesarios

Los coches eléctricos son además necesarios porque estamos en un planeta que es un sistema finito, finito en espacio, finito en materia (y recursos) y finito en atmósfera. Siento negar lo que sostienen muchos economistas, pero prefiero asimilar los límites que nos impone la física, que está inexorablemente por encima.

Ya no es tanto un problema de que el petróleo se vaya a acabar antes o después, más rápido o más despacio. Son muchas más cosas.

El petróleo es finito y en La Tierra somos cada vez más habitantes que queremos progresar, vivir bien, y tener lo mismo que los ricos (hay más de mil millones en China y otros más de mil millones en India deseándolo).

Ya somos 7.000 millones de habitantes y seremos más (se habla de 9.000 millones en 2035). Y todos queremos consumir energía. Así que por simple ley de oferta y demanda, si el petróleo es el que es, ni más ni menos que la cantidad finita que hay bajo tierra, y cada vez somos más demandando petróleo en forma de gasolina y gasóleo para cada vez más coches, el precio no va a bajar, más bien todo lo contrario. El petróleo, y lo que conocemos tú y yo, el precio de la gasolina y del gasóleo, serán a largo plazo, con suerte poco a poco, pero serán, cada vez más caros.

Así que es necesario pensar en coches que puedan moverse sin depender del petróleo, que puedan obtener la energía para moverse de otras fuentes, y mejor aún si esas fuentes no son fósiles. Los coches eléctricos pueden.

Si además somos cada vez más, y la cantidad de energía que podemos aprovechar es también limitada, tenemos necesariamente que hacer un uso más eficiente de esa energía. No podemos despilfarrarla.

El coche eléctrico es el coche más eficiente que nuestra tecnología ha sido capaz de desarrollar. Incluso considerando las pérdidas en generación, distribución, recarga y batería, que reducen algo la eficiencia global, el consumo de energía final para recorrer 100 km sigue siendo menor que en un coche de gasolina o un coche diésel.

Pero tampoco es solo un problema de precio o de eficiencia. Las ciudades cada vez más pobladas por efecto de la concentración del trabajo, sufren serios problemas de contaminación del aire. Y no olvidemos que esta contaminación es un problema grave de salud.

Los coches eléctricos son coches con cero emisiones locales. No tienen tubo de escape y no emiten nada que polucione el aire de las ciudades. Aun considerando la generación de la energía eléctrica que consumen, que según la fuente generará más o menos emisiones, el balance final de emisiones sigue siendo menor en un coche eléctrico (aunque dependerá el valor resultante de cada país y de su mix energético).

Y no debemos olvidar tampoco un último factor de gran importancia para nuestro planeta, y por si alguno no se daba cuenta, para nosotros mismos que lo habitamos y no tenemos otro en el que vivir: La Tierra está en un período de calentamiento, y lo malo es que debido a las emisiones excesivas de gases de efecto invernadero debidas a la actividad de hombre, estamos incrementando aún más ese calentamiento.

Ya sabéis de qué os hablo, del incremento del efecto invernadero, del calentamiento global y el consecuente cambio climático y elevación del nivel de los mares y océanos.

Algunos estudios sugieren que el problema no es que se nos acabe el petróleo u otros combustibles fósiles, el problema es que si los quemamos todos, la cantidad de CO₂ que emitiremos a la atmósfera será inasumible por la misma, y el calentamiento global serán tan elevado, se habla de hasta 6 grados centígrados más de temperatura media del planeta, que las consecuencias serán realmente graves. Por cierto, ya no son cuatro científicos los que hablan de esto.

Así que de nuevo los coches eléctricos muestran otra ventaja: son los que menos emisiones de CO₂ generan, considerando las emisiones debidas a la generación de la electricida en el mix energético (hablo de datos de Europa) y si se alimentan de energías renovables, aún generarían menos.

Pero no son perfectos

Pero mi defensa del coche eléctrico no es incondicional. Son grandes coches. Tienen grandes ventajas. Pero también tienen inconvenientes. Aquí vienen los matices, que no puedo ingnorar, y que me acercarán un poco a lo planteado por mi compañero Camós.

El Tesla Model S tiene menos inconvenientes que los coches eléctricos asequibles porque ya se sabe que el dinero ayuda bastante a resolver problemas.

Creo que los coches eléctricos formarán parte de la nueva generación de coches, pero creo que no serán los únicos, y al menos por el momento, tampoco pueden ser los únicos. Creo que de un monopolio del coche de motor de combustión (gasolina o diésel) pasaremos a una necesaria mezcla de tecnologías, dependiendo del uso y del tipo de vehículo.

Así creo que durante un tiempo seguirá habiendo coches de combustión, pero tendrán que ser cada vez más eficientes y de menor consumo (pero ojo, los motores térmicos tienen sus límites). Tendrán también que ir reconvirtiéndose a otros combustibles, como el gas, primero GLP, y mejor aún Gas natural.

Los biocarburantes tendrán cabida también en algunos tipos de vehículos, pienso por ejemplo en los aviones, con el bioqueroseno.

Y por supuesto las soluciones mixtas, que no dejan de tener una parte eléctrica, también irán teniendo más presencia: los híbridos, la solución intermedia de híbridos enchufables o eléctricos de autonomía extendida, y los coches eléctricos de pila de combustible de hidrógeno.

Sobre estos últimos se podría hablar largo y tendido, pero por ahora también tienen algún que otro inconveniente, el principal, desde mi punto de vista (además del precio pora hora muy alto), una notable menor eficiencia energética que la de un coche 100% eléctrico (no olvidemos que el hidrógeno no es una fuente de energía, es un transporte de energía, un portador, un carrier), aunque a cambio se pueden respostar más rápido.

No podemos ignorar que los coches eléctricos tienen ciertas limitaciones tecnológicas que, o bien resolvemos, o no podemos ni pensar en sustituir los aproximadamene 1.000 millones de automóviles (motos y camiones también incluidos) del planeta por vehículos eléctricos.

Pero ojo, aún con limitaciones, los coches eléctricos son útiles para muchas personas, y para muchos usos, y desde luego como segundo coche so muy recomendables. Ahí está el ejemplo de Noruega, que tiene cada vez más coches eléctricos, y en cuya capital, Oslo, te cruzas con coches eléctricos en cualquier momento, demostrando que son utilizables y válidos.

Las baterías siguen siendo un factor limitante. Hay que mejorar la autonomía de los coches eléctricos asequibles, porque es cierto que ahora mismo no permiten hacer viajes largos, ni sirven para todo (salvo ciertas excepciones, como el Tesla Model S, que da más juego, sobre todo donde haya infraestructura de supercargadores o de cambio de batería).

Y además hay que buscar nuevos materiales para las baterías, porque el litio que podemos aprovechar tampoco es infinito. Quizás los supercondensadores de grafeno puedan ser una de las soluciones. Las baterías deben reciclarse obligatoriamente por ley, así que si se hace lo que se tiene que hacer, se recuperan sus materiales y no tienen porqué contaminar apenas nada.

El tema de la recarga también es un factor limitante. Todavía hay poca infraestructura de recarga pública y además la velocidad de recarga completa, bastante más lenta que la de repostar un tanque de carburante, aunque esto es hasta cierto punto relativo, porque muchas veces (no digo todas, porque puede haber urgencias e imprevistos) no hay prisa para repostar (el coche puede estar recargándose durante la noche, que estará parado aparcado mientras dormimos) y hay alternativas ingeniosas como el sistema de cambio rápido de batería que es incluso algo más rápido (véase el caso de Tesla, 90 segundos nada más).

No olvidemos algo. Para repostar un coche a gasolina, a GLP u otro carburante, dependemos de que alguien construya una estación de servicio con el surtidor correspondiente. Quien tenga una plaza de garaje (sí, lamentablemente no todo el mundo tiene una, mala visión de futuro la de nuestros legisladores y urbanistas) puede instalar un punto de recarga para su coche eléctrico y utilizarlo todos los días, ya está, no depende de nadie más.

El precio también es una pega, pero hasta cierto punto, pues si consideramos las ayudas y descuentos, según el modelo, y haciendo muchos kilómetros, el precio de compra más elevado se amortiza por el inferior coste de uso y mantenimiento, y hasta se puede ahorrar bastante dinero con el tiempo, así que lo pongo al final, más como aclaración.

En conclusión: creo que se puede afirmar razonablemente que sí, que el Tesla Model S es un símbolo, la vanguardia de la avanzadilla de la nueva generación de coches.

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