Hasta hace no demasiado veíamos a los coches eléctricos como una quimera del futuro, un producto que (como algunos decían sobre Internet) iba a ser una moda pasajera. Ahora la percepción sobre los coches eléctricos está cambiando, se están integrando, forman parte de nuestro presente y serán sí o sí el futuro.
El mismo ciclo puede que se esté viviendo con los vehículos propulsados por pila de combustible. Los coches de hidrógeno se están expandiendo y en 2019 se ha conseguido un crecimiento en sus cifras de ventas exponencial, sobre todo gracias al impulso del nuevo Hyundai Nexo.
Las desventajas del hidrógeno contra la iniciativa coreana
Más allá de las excentricidades de los multimillonarios, la tecnología de pila de combustible poco a poco se va extendiendo. El hidrógeno está calando aunque no lo veamos en el día a día. Si ya es difícil integrar a los coches eléctricos actualmente, más aún lo es una tecnología cuya principal barrera de entrada es un precio aún más caro.
Los fabricantes se están implicando en una tecnología que hasta hace bien poco estaba aislada fruto de sus elevados costes de desarrollo, pero Hyundai, BMW, Mercedes-Benz o Toyota están trabajando con fuerza y desde hace tiempo para conseguir que sea una alternativa viable y, sobre todo, limpia. Para BMW el coste de la pila de combustible se equiparará con los de gasolina en cinco años.
Los datos de 2019 siguen siendo datos extremadamente discretos, pero suponen un crecimiento considerable a nivel global. Según EV Sales, en el año pasado se matricularon 7.574 unidades de vehículos de pila de combustible, un crecimiento del 90% con respecto al año anterior. Sí, no es que asombre la cifra precisamente, pero dando un poco de perspectiva al dato es una cantidad que iguala la de vehículos eléctricos vendidos en 2010.
Los responsables de este crecimiento son los tres únicos coches de hidrógeno que actualmente están en el mercado: el Hyundai Nexo con 4.818 unidades vendidas, el Toyota Mirai con 2.407 ventas y el veterano Honda Clarity FCEV con 349 unidades.
A esta lista falta por unirse Mercedes-Benz con su tecnología F-Cell. El Mercedes-Benz GLC F-Cell aterrizará en el mercado como el primer coche híbrido enchufable combinado con pila de combustible, una solución única y que ofrecerá más de 400 km de autonomía según ciclo NDEC con 200 CV y 350 Nm de par motor. Más tarde llegará el primer modelo de pila de combustible de BMW sobre una plataforma SUV grande.
Obviando las ayudas a la compra aplicadas sobre los vehículos eléctricos e incluso sobre los híbridos, las tecnologías de electrificación son actualmente y a todas luces caras si se comparan con sus homólogos de combustión. El Toyota Mirai cuesta 80.300 euros, mientras que el Honda Carity FCEV se vendía en japón por unos 58.000 euros.
Por quedarnos dentro de una misma marca con vehículos más o menos equivalentes, en Hyundai tenemos al Hyundai Kona cuyo precio parte desde 16.580 euros. La versión híbrida del Kona arranca en 24.390 euros mientras que el Kona totalmente eléctrico son 39.500 euros para la versión de acceso. Ahora bien, el Hyundai Nexo de pila de combustible de hidrógeno tiene un precio de partida de 72.250 euros: 4,35 veces el precio del Kona de combustión y casi el doble del eléctrico.
El otro gran handicap para que se extiendan los vehículos de hidrógeno es una infraestructura que los sostenga. Actualmente en España tenemos siete hidrogeneras: dos en Huesca, una en Zaragoza, una en Madrid, una en Albacete, una en Puertollano y una en Sevilla. De ellas actualmente sólo están en funcionamiento tres (Huesca, Albacete y Puertollano).
Y aparte de conseguir que la pila de combustible sea viable económicamente y cuente con una red de abastecimiento apropiada, es de vital importancia un cambio de modelo energético. Es fundamental que la (ingente) energía empleada para la producción de hidrógeno proceda de fuentes renovables o de lo contrario no tiene sentido.
La referencia en cuanto al ecosistema de hidrógeno es Corea del Sur. El país asiático quiere convertirse en una sociedad basada en el elemento químico más común de la tabla periódica, y cuyo mayor reto es ser extremadamente voluble y que no se da como un elemento aislado, sino siempre en compuestos.
Corea del Sur pretende finalizar en 2022 la instalación de 310 hidrogeneras, un número que podría ascender hasta 1.200 en 2040. Esta iniciativa es fundamental para poder abastecer a los 67.000 coches de hidrógeno que el país pretende tener en sus carreteras de aquí a dos años y que demandarán 30.000 toneladas de hidrógeno al año.
Estos puntos de abastecimiento se instalarán principalmente en las grandes ciudades, pero también en 60 corredores repartidos estratégicamente, asegurando una hidrogenera cada 30 minutos. Actualmente ya tienen cerca de 90 hidrogeneras en funcionamiento. Un dato que contrasta enormemente si comparamos las superficies de España y Corea del Sur: 505.944 km² contra 100 339 km²; 12 veces más hidrogeneras en un país que es una quinta parte.
Gracias a la integración con todos los agentes remando en la misma dirección, no es de extrañar que el Hyundai Nexo acapare un 52% de la cuota global de vehículos de pila de combustible a nivel mundial. Sólo 1.015 unidades del Nexo se han vendido fuera de las fronteras coreanas, y para 2020 Hyundai espera que las ventas de sus coches de hidrógeno suban hasta 10.000 y para 2030 se sobrepasen las 50.000 unidades.
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