Un hombre vendió su Porsche clásico para pagar las facturas médicas de su mujer. El concesionario le estafó, desvelando un posible fraude de millones de dólares

Hans Claassen adoraba su Porsche 911: se lo regaló su esposa en 1970 cuando se casaron. A sus mandos hicieron incontables viajes. Hoy es solo un recuerdo y se ha vuelto amargo. Se vio obligado a venderlo y para colmo parece que el concesionario le ha estafado: le prometieron más de 100.000 dólares por él, pero únicamente ha recibido una mínima parte.

Decenas de clientes que han comprado o vendido coches a esta empresa han denunciado casos similares. Lo ha destapado la cadena NBC. Y efectivamente apunta a que lleva tiempo timando a los que contratan sus servicios.

"Me he hecho a la idea de que jamás veré un centavo"

La empresa en cuestión es CPR Classic. Se trata de una firma afincada en Fallbrook (California) y, como detallan en su web, está especializada en la restauración de modelos Porsche que compra y comercializa. Lo hace con la fórmula de ventas en consignación: la empresa compra el coche a un cliente que quiere venderlo pero no le paga inmediatamente, sino cuando recibe el dinero del comprador.

Es precisamente lo que hizo Claassen. En 2022, por desgracia, su esposa desarrolló una grave demencia. Para costear su carísimo tratamiento médico, optó por vender su amado Porsche 911 clásico. Por lo que denuncia, lo hizo a la empresa equivocada.

Largas por teléfono y un mísero pago de 10.000 dólares. Según señala NBC 7 San Diego, Claassen cerró con CPR Classic la venta de su Porsche por 135.000 dólares. De este montante, la firma se quedaría un 10 %. Es decir, 13.500 dólares. Fue entonces cuando comenzó su calvario.

Pasaron meses hasta que recibiera la primera llamada de la dueña de la empresa: Andrea Doherty. Ella la aseguró que alguien, por fin, estaba interesado en comprar el Porsche. Pero tras varias semanas, Claassen no recibió dinero alguno. Finalmente llegó una segunda llamada: Doherty le solicitó la documentación para hacer efectiva la venta. Claassen cumplió, pero CPR Classic siguió sin pagarle un centavo.

Cansado y temiéndose un posible fraude, optó por pedir ayuda a Mark MacHale, que investiga estafas a ancianos. Haciéndose pasar por él, se puso en contacto con el concesionario. Después de varias llamadas e insistir mucho, la propietaria de CPR Classic accedió a pagar a Claassen 10.000 dólares como "adelanto". El resto, lo recibiría cuando cobraran el cheque del supuesto comprador. Esos 111.500 dólares aún no los ha recibido.

Casi 12 millones de dólares estafados. Más allá de las largas que recibió, MacHale sospechó que había gato encerrado porque, asegura, la dueña del concesionario le dio un número de seguimiento falso de la transacción. Así que MacHale acudió a NBC, concretamente a su programa NBC 7 Responds. El pastel que señalan haberse encontrado es digno de película.

Tras investigar a CPR Classic, que por cierto lleva 40 años en activo, se toparon con docenas de demandas de clientes solo en el condado de San Diego. Había de todo: casos como el de Claassen, que vendieron su coche a la empresa y nunca vieron el dinero, pero también compradores que, tras pagar, no recibieron jamás el automóvil.

Foto: Google Maps.

En todos los casos hablamos de transacciones de más de 100.000 dólares. Así, NBC 7 Responds estima que deben más de 11,7 millones de dólares por estas transacciones que nunca se han hecho efectivas. Por ejemplo, un cliente que compró un Porsche 356 Roadster de 1960 restaurado por 160.000 dólares. No le entregaron el vehículo y el concesionario se quedó con el dinero. A varios de los afectados también les dieron números de seguimiento falsos o les prometieron ingresos que jamás vieron en su cuenta bancaria.

El equipo de este programa de la NBC se puso en contacto con la propietaria de CPR Classic: se prestó a una entrevista, pero siempre estaba muy ocupada y no pudieron agendar una cita. Tras dos semanas de espera, fueron al concesionario. Se toparon con que estaba cerrado por reforma. Llamaron de nuevo a Doherty y su respuesta fue muy distinta: no hablaría con la cadena de TV antes de hacerlo con su abogado.

Al parecer, como han podido confirmar, ya se está investigando esta posible estafa millonaria: tras ponerse en contacto con el Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV por sus siglas en inglés), trasladaron a NBC que "no hacen comentarios sobre las investigaciones abiertas".

Mientras, Claassen ha perdido la esperanza: "Me he hecho a la idea de que quizá nunca vuelva a ver un centavo", lamenta a NBC. Aunque si se prueba el fraude, se entiende será indemnizado. Su caso nos llena de ternura, por el Porsche de sus sueños y su valor sentimental y por su tremenda pérdida más allá de la económica: su esposa murió en septiembre.

Nota: la foto que abre el artículo es meramente ilustrativa.

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