Este es el especialísimo BMW 507 de Elvis Presley, y en unos días puede ser tuyo

Presentado en el Salón de Nueva York de 1955 y lanzado a la producción un año después, el BMW 507 no sólo era el rival que la marca de la hélice necesitaba para enfrentarse al impresionante Mercedes-Benz 300 SL, sino que además suponía el resurgir de la marca tras la desdicha en la que estaban metidos tras la Segunda Guerra Mundial.

En el tiempo que Elvis Presley estuvo destinado en Alemania se encaprichó de uno de estos 507, así que se hizo con uno. Después de haber estado largos años, ha sido rescatado y restaurado por BMW Group Classic. Ahora, con todo su lustre recuperado, se subastará en Pebble Beach. ¿Por cuánto? Por un pastón, fijo.

Un coche muy raro (y caro) para El Rey

Pese a tener un precio de venta estimado de 5.000 dólares de la época, los costes de producción dispararon su precio hasta casi el doble: 9.000 dólares. Esto hizo que se produjeran muchas menos unidades de las estimadas (254 frente a las 5.000 incialmente estimadas) y la demanda se redujera a sólo unos cuantos adinerados. Quizá te parezca poco dinero, pero uno de estos 507 valía lo mismo que una casa.

Entre los pudientes de aquellos años destaca Elvis Presley, quien se compró uno blanco mientras estuvo a las órdenes del ejército americano en Alemania. Curiosamente no lo adquirió nuevo, sino que se lo compró en diciembre de 1958 a Hans Stuck, un piloto alemán que se lo entregó con un motor nuevo.

Como podéis ver en las fotos, antes de la restauración el coche no era blanco. La leyenda cuenta que el cambio de color blanco original a rojo del número de serie 70079 fue porque Elvis lo pintó en ese color para intentar que las admiradoras dejasen de escribir sus teléfonos sobre la carrocería con pintalabios.

El coche de El Rey viajó hasta Estados Unidos cuando el cantante volvió a su país natal, pero unos cuantos años más tarde dejó su garaje. Elvis regaló su precioso BMW 507 a Ursula Andress, otra superestrella de la época que mantuvo el coche en su poder durante otras dos décadas. Debe ser que El Rey prefería su Cadillac Fleetwood Series 60 rosa.

Finalmente, Elvis vendió el coche a un distribuidor de Chrysler en Nueva York, quien a su vez se lo vendió a Tommy Charles (locutor de radio aficionado a las carreras) para correr. Aquello supuso el mayor despropósito para el descapotable alemán, ya que le cambiaron el motor original por un V8 de Chevrolet, además de otras modificaciones que le alejaron mucho de su estado ideal.

Tras Charles, el 507 pasó por otras cuantas manos hasta caer en poder de Jack Castor, un ingeniero espacial que pretendía restaurarlo por completo. Por desgracia nunca tuvo el tiempo suficiente y el BMW 507 cayó en el olvido dentro de un granero.

Los años y años de abandono no pasan en balde sobre ningún coche y al final el pequeño 507 sucumbió a los elementos. Tanto su carrocería como el interior estaban completamente destrozados pero, gracias al cariño de BMW Group Classic que consiguió localizarlo en San Francisco con la colaboración del periodista que lo descubrió, ha vuelto a la vida en todo su esplendor.

Todas y cada una de las piezas del coche se desmontaron y analizaron minuciosamente para arreglar todo lo que fuera posible de entre las piezas originales del coche. Todo el metal se dejó a la vista y sanearon cada parte de la carrocería, mientras que las piezas más difíciles de encontrar suponen la unión entre lo viejo y lo nuevo.

Los tiradores de las puertas y las manivelas de las ventanillas se han realizado mediante impresión 3D para conseguir un acabado perfecto, como recién salido de la fábrica en la década de los 50. La carrocería en cambio ha recibido un tratamiento mucho más tradicional con un buen chorro de pintura en el color Feather White original.

El motor se ha reconstruido utilizando recambios de época originales, pero tanto la instrumentación como la tapicería se han tenido que fabricar de nuevo. El resultado final es un coche que se acerca mucho a lo que podría haber sido el 507 tal como salió de la cadena de montaje.

Han sido dos años de trabajo duro, dedicación y mucho amor (justo lo que necesitan estos coches abandonados) el BMW 507 de Elvis Presley será subastado el 18 de agosto en el Pebble Beach Concours d’Elegance. Una restauración que tanto por lo especial del coche en sí mismo como por el historial de sus ilustres dueños seguro que dispara su precio a una cifra estratosférica.

¿Te animas a pujar?

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